No me gusta mucho escribir sobre los presidentes porque ellos siempre están para llevarse los palos y poner los billetes: al menos en Almería siempre ha sido así. Cuando Blanes vendía el gran paquete de acciones todo eran dudas y sospechas: ¿cómo un murciano para el Almería?. Lo más bonico que me comentaban algunos era eso de. “Viene a llevarse los billetes”. ¿qué billetes?.
Cada año me dicen que el Almería está en venta, que Alfonso se va. Que un mexicano con billetes tomará la ciudad y... sigue Alfonso a pie de campo. Si, este año más que nunca ya que Francisco es un entrenador de la casa con el que se comunica bien.
Alfonso sabe de fútbol como muchos presidentes y le gusta hablar con los entrenadores de su club. No es malo señores que nadie como él se juega los cuartos. Nadie como los Alfonsos para darnos la gloria de la Primera.
Me dicen que Alfonso es muy raro. Me dicen de Alfonso que se ha gastado poco dinero. Me dicen que está cansado pero... viendo como saltaba en Los Cármenes me da la impresión que se equivocan.
No se hasta donde Alfonso quiere a esta tierra porque eso va en su corazón pero tengo claro que al club lo adora. Al club lo ama. El club lo vive. Y lo estamos disfrutando todos.
Con un presupuesto propio de la Segunda estamos al borde de repetir la Primera División y les recuerdo que bajamos con el equipo más caro de la historia.
Es verdad, tienen razón en muchas cosas pero, ya cambiamos de Alfonso en los ochenta y nos fuimos a por puas. Vamos a dejar tranquilo al que tenemos que sabe lo que lleva entre manos. Ha sido camionero y no se duerme al volante.
Tengo la fortuna de conocer y haber tratado a los dos Alfonsos y les puedo decir que tienen un denominador común: la estrella de la Primera División. Yo nunca les cambiaría por un jeque.