Arropado por varios de sus jugadores y junto a Jesús García Pitarch y Moisés García León, Paco Herrera se ha despedido de todos tras ser destituido ayer como entrenador del Real Zaragoza. El director general del club ha reconocido que «ayer fue un día muy duro porque decidimos prescindir por las circunstancias deportivas de una extraordinaria persona y un magnífico entrenador» y le ha deseado lo mejor al técnico.
Herrera, que no ha admitido preguntas, ha señalado que «el final no ha sido el deseado para ninguno» y ha añadido que «lo que he vivido aquí queda solo para mí», ha indicado.
Además, ha recordado que lo que intentó lograr desde que llegó, no ha podido alcanzarlo. «Cuando llegué, dije que el camino hacia la reconciliación era el fútbol, pero desgraciadamente lo he conseguido por etapas, no lo he logrado al cien por cien», ha señalado.
Por último, ha querido agradecer a sus jugadores y pedirle a la afición que esté con el equipo hasta el final: «Gracias a todos sin excluir a nadie. Especialmente a mis jugadores. Han sido mi compañía durante ocho meses. Lo único que pido es que a partir de ahora que el nuevo entrenador que venga reciba la ayuda de todos, sobre todo de la afición. De los jugadores sé que la van a tener. Son grandes profesionales. Y pedir que cuando el equipo pierda, lo haga todo el mundo con él y cuando gane que también gane todo el mundo».
En cuanto a su sustituto, el club no ha querido desvelar nada, ya que sigue negociando con Víctor Muñoz. Sin embargo, todavía no está claro si aceptará o no. En principio, la plantilla vuelve al trabajo mañana, a las 10,30 horas, pero por ahora no se sabe quién dirigirá la sesión.