l Martínez Valero vuelve a ser de Primera. Y no sólo por la categoría de su equipo, sino también por las mejoras realizadas en el estadio durante los seis últimos meses. El proyecto de remodelación al que ha sido sometido el recinto acabará sus obras el viernes y está previsto que este mes, 37 años después de su inauguración, por fin tenga licencia de actividad. El estadio nunca tuvo permiso de obra debido a un problema de terrenos, al no producirse la recalificación de rústico a deportivo. El motivo entonces fue el desencuentro que, por motivos políticos, existía entre el presidente Martínez Valero y el alcalde. No obstante, el campo (considerado la construcción más importante de la provincia y con una media de asistencia que ronda los 25.000 espectadores) se edificó en 1976 sin poseer la documentación legal pertinente.
Posteriormente, se fue acondicionando con alguna remodelación y el Ayuntamiento nunca le exigió la licencia de actividad. No fue hasta el último cambio de Gobierno cuando los regidores decidieron intervenir dado que, en el caso de que se produjese cualquier incidente, el Ayuntamiento tendría una responsabilidad subsidiaria. Cuando tomaron posesión, se encontraron con más de 11.000 informes pendientes para la concesión de la licencia de actividad, entre ellos el correspondiente al Martínez Valero. Desde el consistorio se dieron treinta días de plazo para que se adaptara a la normativa (expira el viernes 14 de febrero) o se clausuraría.
La inversión rondó los 4,5 millones y para concluir las obras sólo faltan por acabar unos detalles en un vomitorio del anillo superior. El concejal Luis Ángel Mateo, encargado de Aperturas, tiene previsto realizar una inspección la semana que viene y en “unos días más” la licencia de actividad será una realidad para un estadio que ha acogido un Mundial, una final de la Copa, partidos de la selección de fútbol y de rugby y encuentros de todas las categorías.