En la primera mitad de la primera vuelta Suso fue el jugador más brillante y más desequilibrante del Almería. Nadie lo ponía en duda, y mucho menos los contrarios que se aprestaban a vigilarlo de una manera especial. Jugador de gran clase y visión de juego, cada una de sus acciones era sinónimo de peligro para los rivales.
Pero Suso, como todos los jugadores, es humano y no está libre de sufrir un bajón en su juego. Y de lo que no cabe ninguna duda es que el actual Suso está a años luz en rendimiento del que comenzó la temporada.

El pecado El 19 de noviembre Suso cumplió 20 años. Al día siguiente llegó al entrenamiento cuando sus compañeros ya estaban en el vestuario, pidiendo disculpas tanto al entrenador como a sus compañeros porque se había quedado dormido. A la afición no le sentó nada bien la falta de profesionalidad del jugador rojiblanco. Pero ya se sabe como es el mundo del fútbol. No cabe ninguna duda que si el rendimiento de Suso hubiera sido tan eficaz como lo fue al inicio de la Liga, pronto se hubiera olvidado el pecado. Sin embargo tras este incidente Suso no ha vuelto a ser el mismo y su penitencia han sido los pitos de la grada. Francisco piensa que “Suso va a cambiar pronto los pitos por aplausos”. Cualidades tiene para volver a ser el de antes.