Estamos ante la peor racha de todos los tiempos. No se ha conocido nada igual en esta ciudad ni en los tiempos de los dos Almerías, Poli y Ceefe. Estar 10 jornadas seguidas sin ganar un partido es algo que le está tocando vivir al Almería, a sus jugadores, a su entrenador, a su presidente y a una afición desencantada y cansada de tanto error puntual.
Esto no es un equipo ascensor ni es sufrir en Primera. Esto no hay quien lo aguante y la tristeza llega a todos los estamentos del club. Eso de conseguir una victoria hay quien lo cambia ya por un empate, por sumar, por vivir en Primera viendo cambiar la tabla.
Los números del Almería son los peores de la historia y siempre dejamos la reparación para la próxima semana. Aquello de aceptar el descenso y planificar la próxima temporada puede ser un remedio de emergencia. Igual así el equipo se libera de la presión y arranca.
Francisco llegó con toda la ilusión del mundo pero se le ve triste. Se le ve mirar a su área sabiendo que tarde o temprano algo va a fallar. sabe que los rivales le harán daño y no sabe cuando llegará ese partido sin error que todos pregonan.
No se trata de buscar culpables, hay que aceptar la vida como viene pero aferrarse a cambiar esto aunque sea por orgullo. Si, ser últimos dejando el alma en el campo pero ¿Todavía quedan equipos con alma?.
Ya solo queda rescatar al Valencia de su estado de crisis. Nos están tomando cariño todas las aficiones rivales. Vamos dando alegrías por la Liga.