Comentaba la pasada semana en esta columna de opinión que el partido de Elche era ‘de alto riesgo para la moral de todos ya que una derrota o un empate de los rojiblancos podría repercutir negativamente en la disputa de los playoffs y para evitarlo pedía que el ascenso del subamarino ‘no debía de restar ni un ápice ni a la moral de la plantilla ni a la ilusión de los seguidores’.
Ese momento ha llegado y toca apretar los dientes y viajar a Las Palmas con el convencimiento de que somos mejores. Además de pensar en lo que pudo ser y no fue, porque el Villarreal no fue mejor que el Almería en el cómputo final del partido, si es absolutamente necesario analizar lo sucedido en El Madrigal para abundar en los aciertos y minimizar los errores. Entre los primeros la buena y coordinada presión de los nuestros en la primera mitad, la velocidad con la que desplazaron el balón y la concentración defensiva de la una retaguardia muy adelantada. Entre las cosas mejorables el evitar el uno contra uno, no dar facilidades al rival con errores propios no forzados y no perder la cobertura que Verza da al centro de la defensa.
La suerte está echada, tenemos que jugarnos el ascenso en los playoffs; al respecto sería importante a la hora de plantear el partido de Las Palmas que Javi Gracia no olvidara que el empate nos clasifica.
La derrota nos pesó a todos como una losa, pero hay que levantar la cabeza tanto profesionales, como aficionados, como dirigentes y unir esfuerzos y voluntades para ascender por la segunda vía.