El niño que fundó el Tabernas con 14 años
Un personaje por su cargo de Alsina Graells y uno de los mejores porteros que tuvo Almería

Bernabé Navarro posa para LA VOZ en el salón de su casa al lado de una vitrina cargada de inolvidables recuerdos.
Un señor de los pies a la cabeza. Abre de par en par la puerta de su
casa para repasar con LA VOZ su vida en Alsina y en el fútbol. Tiene 92
años y la memoria de un chaval de 18 años. Fue un personaje en Almería
por su cargo de Alsina y uno de los mejores porteros que ha tenido el
fútbol de Almería. Hablamos con Bernabé Navarro Góngora. Casi nada.
Tiene 92 años de edad.
Lo llevo bien, pero el escaparate; estoy un poco delicado de las piernas, me cuesta mucho trabajo andar... lo lógico de la edad.
Usted es un personaje, una persona conocida.
Tampoco
es para tanto; soy una persona bastante conocida, pero antes, ahora no
sé si me conocerán tanto como antes. Siempre he tenido un trabajo
bastante bueno, donde he podido colocar a mucha gente y todavía están
ahí, trabajando. No me considero que sea una personalidad en Almería,
aunque es cierto que me conocen mucho, siempre he estado en la cresta de
la ola.
Gerente de Alsina.
Director-Gerente de la empresa y creo que lo hice bien durante muchos años.
¿Cómo llegó ahí?.
Como
sabe la gente yo he jugado al fútbol siendo profesional de este
deporte. Terminé joven y entonces hice oposiciones al Banco Español de
crédito, a Correos y al final las gané. Mi familia hubiera querido que
fuera a otro sitio, pero me enamoré de Alsina Graells, mi padre ya
trabajaba ahí, y entré. Pasé por todos los puestos de la empresa, menos
por caja.
¿Cuántos hijos tiene?.
Tengo dos niñas y un niño.
¿Alsina Graells fue como otro hijo para Bernabé?.
Yo
creo que sí, pero no como otro hijo y sí como un padre generoso y un
padre bueno, muy bueno, que me dio mucho, muchísimo en la vida. Me dio
muchas alegrías a lo largo del tiempo.
Cambiamos de tercio, ¿qué hizo en el fútbol?.
Fui
un jugador que nunca me aceptó muy bien la afición y todavía sé los
motivos; jugué en muchos sitios y donde más me ilusionó jugar fue en el
Adra cuando era una potencia buena de fútbol. Tengo muchos recuerdos de
Adra y del comportamiento de la afición conmigo y de mi actuación.
¿Siempre en la portería?.
Siempre,
pero en el Tabernas, mi pueblo, que fue donde empecé a jugar también
actué de centrocampista y se me daba bien, pero vine a Almería para
estudiar y Escamilla vio en mi que sería un buen portero y así fue.
Despunté de tal manera que me consideraban el mejor portero de la
provincia de Almería, eso decían.
¿Qué significa el fútbol de Tabernas, de su pueblo?.
Lo
es todo; es como mi padre, mi madre, mi hermano, mi hijo... porque el
fútbol en Tabernas tiene muchísima historia. Solo hay que mirar las
hemerotecas desde los años 46 hasta 1979 que desapareció tiene una
historia buenísima, pero siempre lo dejamos por el dinero. Tabernas en
aquellos tiempos tenía casi 6.000 habitantes. Yo en Tabernas fundé
muchas cosas y entre ellas el Trofeo Virgen de las Angustias en el año
1972 y un año después se celebró la primera edición que fue un
triangular, impresionante. Querían que el trofeo llevara también mi
nombre; me nombraron presidente de honor del Tabernas.
¡Vaya distinción bonita!.
Yo
fundé el Tabernas, costó mucho trabajo todo lo que hicimos y hoy el
deporte en Tabernas está más esparcido y más reconocido, aunque no hay
equipo titular del pueblo, pero juegan los veteranos el Trofeo Virgen de
las Angustias.
Se puede decir que Bernabé Navarro Góngora inventó el fútbol en Tabernas...
No
había nada antes de fundar el Tabernas, no había ni campo de fútbol,
jugábamos en bancales. Y con fuerza y luchando todos, sobre todo yo y
queda feo decirlo, se hizo el campo; yo conocía a un señor que tenía
muchas tierras en el pueblo. Le regalaron un terreno al Ayuntamiento y
entonces nos lo dio por 20 años para hacer el campo. Nos pusimos manos a
la obra y aquello nos costó mucho dinero; yo tenía solo catorce años,
lo que pasa es que aparentaba tener 18 o 20 años. Ahora tengo 92 y la
gente me dice que no aparento esa edad.
Volvemos a su vida en Alsina, tiene una anécdota muy curiosa con el Papá...
Era
un servicio en Granada. Resulta que se rompió el Papamóvil donde iba el
Papá Juan Pablo II, paró el servicio, se subió, y comentó que se acabara
el recorrido y luego lo llevaran al Obispado. Alsina Graells estuvo un
poco de tiempo en el cielo.
¿Qué hace o qué ha hecho en la vida para mantener esa memoria con 92 años?.
No
lo sé, y lo digo con la mano en el corazón; solo me he cuidado mucho,
creo que he hecho bastante deporte en el Colegio de La Salle, donde
hacía atletismo.
¿Cómo es su día a día?.
Aburrido... leo muchísimo, hago muchas sopas de letras y cruzadas. Nada más.
¿Ese cuadro es su mujer?.
Sí, se llama Rosa, es guapísima. La conocí en Castellgalí, es catalana. Ella tenía 23 años y yo 33, me enamoré.
¿Alsina, fútbol o cocina?, .
Elijo Alsina Graells.
¿Cómo ve el mundo?.
No me gusta nada, de verdad; recibí un WhatsApp que decía que vamos a desaparecer por nuestra manera de comportarnos en la vida.
Si volviera a nacer...
No me arrepiento de nada; solo de una cosa, de no tener una carrera universitaria, como la de Derecho Político.
¿Sus padres?.
Me educaron con mucho respeto hacia las personas y la Iglesia Católica. Mi madre me dejó antes de morir varias recetas escritas.
¿Qué le queda por hacer?.
(Silencio...). Muchas cosas, todavía muchas cosas.