No pregunten en Roquetas de Mar por Manolo López y sí por Canalejas. El protagonista de hoy, en las páginas de LA VOZ de Almería, fue uno de los grandes futbolistas que ha tenido la historia del balompié roquetero, un defensa central de aquella época en el fútbol en blanco y negro. De esos que hoy en día casi no quedan.

Se confiesa muy roquetero, de esos que llevan Roquetas de Mar en su corazón.

El fútbol, para él, ya no es lo mismo, pero se emociona recordando aquel fútbol en el salón de su casa en el barrio de las 200 Viviendas.

¿Manolo López?

Mejor me dices Canalejas porque en Roquetas de Mar nadie me conoce por mi nombre y sí por mi apodo y lo digo de verdad, en serio... ¡eh!

¿Quién le puso Canalejas de apodo?

(risas...), ni idea, habría que ir a buscarlo, pero la verdad es que no recuerdo la persona que me apodó así, supongo que fue cuando era un niño, pero muy pequeño, y jugando al fútbol... eso seguro. Toda la vida llevan llamándome Canalejas. Yo creo que nadie sabe cómo me llamo en Roquetas de Mar.

¿Recuerda el primer día que jugó al fútbol en Roquetas de Mar?

Claro que sí... ¡no me voy a acordar! Jugaba con pelotas que eran de trapo y después la pelota de goma valía cinco pelas y a peseta a peseta que me daba mi madre todos los días porque iba con ella al Puerto para traer el pescado con un carro y una cuerda, me compró una pelota de goma y yo era el niño más feliz del mundo, eso seguro. Eso no se me olvidará jamás.

¿Es roquetero?

De Roquetas de Mar, pero de los de verdad, de pura cepa y aquí me moriré, eso lo tengo muy claro.

¿Cómo ve el fútbol de ahora en Roquetas?

Ya no bajo a ver el fútbol en Roquetas porque ha cambiado todo mucho, ¡muchísimo! Aquellos jugadores de antes no son los de ahora, ha cambiado todo mucho y es una pena, y lo digo con el corazón en la mano.

¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene de su etapa como futbolista?

No sé si es el mejor o el peor, pero mira lo que tengo en la frente; esto fue un golpe muy duro y aún tengo las secuelas de aquel partido después de tantos años de historia, han pasado muchos años desde entonces.

El fútbol de antes, aquel en el que nos dejábamos la vida, ya no existe. Me tiré en plancha y mira lo que tengo todavía en la frente, pero no me duele nada.

La entrevista completa en la edición impresa de LA VOZ del lunes 26 de marzo.