Que Dios nos libre. Uno viendo a los tres equipos que están casi condenados al descenso se pone en su piel y nota lo que cuesta mantener la Liga Profesional.

El Sevilla Atlético siendo filial sufrirá poco el descenso y sus jugadores saldrán adelante. La pena es la justa mientras que para el Lorca con otro equipo en la ciudad es un palo bajar a Segunda B.

Si hay un equipo que no me gustaría verlo en el pozo ese es el Córdoba al que todos consideramos un club hermano porque nos tendieron la mano en el momento justo.

El fútbol en Córdoba se vive con enorme pasión y su media de aficionados ronda los 20.000 con una afluencia que se acerca a los 17.000 por partido.

Ha cambiado de dueños el club pero sigue estancado y con unos números muy bajos que le ponen al borde de la hazaña para salvar la categoría.

Es una pena que con tanta afición se vaya al pozo un club con mucha historia como el Córdoba. Tan ligado a esta ciudad para lo malo y para lo bueno.

Para lo malo por aquella promoción de la A. D. Almería de la 73-74 que nos dejaba en tierra y para lo bueno por ese punto salvador que nos pusieron en bandeja hace ahora tres Ligas.

Me pongo en la piel del aficionado del Córdoba y creo que no se merece este castigo como tampoco aquel día merecía bajar el Almería en el Nuevo Arcángel. Pero la Segunda es una categoría cruel.

Hay que aplicarse el cuento porque mañana te puede tocar a tí. El Almería no está salvado y los tres descartados lo son de forma virtual y no matemática.

Atentos al calendario y a lo que queda por delante. Nada de confianzas.

Nada se hizo. Todo está por llegar.