Cuando veo al Almería jugar y, conociendo a todos sus rivales tras 8 jornadas de competición, me ilusiono en exceso para luego tomar tierra ya que en esta categoría a las primeras de cambio te dan un repaso de chapa y pintura. No hay equipos mejores pero... lo del Huesca ha sido el primer aviso.

No me he curado aún de las heridas de las tres últimas temporadas y sigo buscando a cuatro equipos en descenso y marco las distancias con el Almería. Concepto de pobre.

Hago cuentas para vivir muchos lunes de play off, pero siempre atendiendo a la cola de la tabla que ha sido el hábitat del Almería en las últimas temporadas.

No estoy loco cuando hago estas cuentas ya que he visto a equipos que juegan de cine y no suman los puntos que lleva el Almería. Esta categoría es muy perra y a veces te castiga con una de esas rachas que te mandan a la cola sin remisión.

Hay que ser cautos ante lo bueno y en los peores momentos de la Liga. Todo ha empezado bien pese a que el equipo ha perdido tres partidos. Nunca se ha estado cerca del descenso y los entrenadores rivales ven al Almería entre los mejores de la Liga: no se fíen. Lo dicen por quedar bien.

No voy a parar hasta que el equipo sume el punto número 50. Seguiré marcando las distancias con los cuatro últimos y no abriré el pico de la crítica si el equipo está fuera del descenso.

Todos sabemos que con estos jugadores será difícil entrar en descenso aunque ya me contarán con las plantillas de la pasada y la anterior temporada dónde estaba el Almería.

Yo sigo mirando cada jornada los puestos de descenso. Busco siempre que haya cuatro equipos peores que el Almería para estar tranquilo. Esas son mis cuentas a día de hoy.

No me gustaría ver al equipo en el taller recibiendo una mano de chapa y pintura.

Mientras haya cuatro peores: tranquilidad.