A Ricardo Molina le encanta trabajar con los más pequeños y el Campus le ofrece esa posibilidad. El preparador de porteros comentó a LA VOZ y Cadena SER que es todo un lujo: “A disfrutar con los chicos. Es la tercera vez que vengo y me lo paso en grande con ellos. Quiero que aprendan lo máximo posible”. Lo que más le emociona es verles salir del vestuario con la indumentaria rojiblanca y alucinando con poder entrenar en césped natural: “Aprovechamos la ilusión que transmiten para convertirla en energía positiva. Lo principal es enseñar unos valores para el deporte y la vida”.

Bajo control
De 9 a 13:30 horas los jugadores del mañana no solo tocan el balón, sino que aprenden a convivir con más compañeros de equipo. Los monitores se encargan de que la hidratación sea la correcta, y también les dan un desayuno rico en vitaminas, con fruta del tiempo, como hacen los profesionales. Alrededor de sesenta niños/as saldrán cada mañana al campo de la Vega para pasárselo bien y sentirse como sus ídolos. El Almería se supera y en el VII Campus todo queda bajo control. Los técnicos de la casa no dejan nada al azar y estudian cada detalle minuciosamente.

Sonido SER: Ricardo Molina, preparador de porteros Almería B.