La Liga, en blanco
Celta 1-4 Real Madrid

Celebración blanca en Balaídos.
Isco y Cristiano, a su aire. El Real Madrid ganó en Balaídos gracias a dos buenas jugadas de los jugadores más desequilibrantes en el terreno de juego. Pese al ímpetu del Celta, se notaba que el equipo de Zinedine Zidane se jugaba la Liga y no desaprovechó la oportunidad de dar el penúltimo paso hacia el título.
Muy pronto se iba a adelantar el conjunto blanco. En el minuto 9, Isco recibió un balón largo, se acercó al área, cedió para Cristiano Ronaldo, disparó con fuerza desde la frontal y el balón entró ajustadísimo al palo de la portería de Sergio. A partir de ahí el Celta se fue creciendo con un Iago Aspas en forma, pero sin demasiada puntería de cara al arco de Keylor Navas. El Madrid se fue con una mínima ventaja al descanso. Los de Zidane comenzaron mejor y fruto de ello llegó el gol de Cristiano, pero bajaron el ritmo y el Celta se animó. Guidetti, Pione y Aspas intentaron la igualada, pero no estuvieron acertados en los últimos metros. La mejor para los locales fue de Wass, pero se topó con un paradón de Keylor Navas tras falta directa. Benzema pudo ampliar la cuenta para los blancos.
Segunda parte
Siguió presionando y atacando el Celta, hasta que Isco y Cristiano volvieron a sentenciar. El malagueño cazó el balón en su campo, se fue en velocidad sorteando a los defensores, asistió a Cristiano y batió a Sergio con un disparo ajustado al palo. Se fue calentando el choque, primero con la expulsión de Aspas, al entender el colegiado que se dejó caer en el área, y luego con la roja al segundo entrenador local.
Marcó Guidetti en el minuto 68 en un claro ejemplo de que el Celta no quería perder en el último partido en casa, pero poco duraron las esperanzas, porque un minuto más tarde Benzema hacía el tercero y Kroos el cuarto. Al Madrid le vale con el empate en Málaga para ser campeón.