Resulta cuanto menos curioso, aunque el calificativo podría ser de un tono más elevado, oir  a algunos almerienses que no tienen ningún tipo de vinculación con el club y que ni son abonados ni se acercan al Mediterráneo, criticar la pérdida de dos puntos por parte de los nuestros ante el Zaragoza. A nosotros nos molesta esa forma de hablar porque entendemos que es gratuito y no valora en su justa medida el trabajo individual y colectivo de los futbolistas rojiblancos.
El Almería afrontó el partido con ocho bajas, si se quiere y es más exacto, seis sobre una plantilla de 22, lo que obligó al técnico a convocar a dos jugadores del filial, Callejón y Gaspar, que terminaron jugando. Que en contra de lo que venía siendo habitual el equipo salió algo despistado y que por culpa de esta pájara ya perdía en el minuto seis por 0-2. Y que en el tramo final del partido, cuando éste parecía encaminarse de forma irreversible hacia al triunfo local, se vio forzado a jugar en inferioridad.

Fue reconfortante para los más de siete mil almerienses presentes en las gradas ver como los suyos no bajaban la guardia y, convencidos de sus opciones, se lanzaron sobre la meta visitante buscando cambiar el sino de la contienda. Al descanso ya habían neutralizado la desventaja.
Con un Zaragoza temeroso el tercer tanto local parecía ser sólo cuestión de tiempo, pero antes de que llegará Fidel vio la roja y entonces tocó cambiar el chip, para defender lo que tenían.

Y lo hicieron con tal eficacia que no concedieron ninguna ocasión al rival e incluso pudieron hacer el tercero en un remate forzado de Quique al que le faltó fuerza. De un partido que había que ganar y no se gano cabe sacar conclusiones positivas y pensar que si el equipo mantiene esta linea de actuación estará en el mejor camino para la salvación en Segunda División. Ahora toca mantener el tono en Córdoba, ante otro rival directo; para ello será determinante acertar en la solución que permita no añorar la ausencia de Fidel.
Finalmente queremos felicitar a los futbolistas dependientes de la Federación Almeriense de Fútbol porque ésta ha fichado a un traumatólogo de Primera División, el doctor José Joaquín Álvaro Iglesias, para que los cuide como solo él sabe.