El año 1949 el Santander era un equipo de Segunda División que ganaba todos los partidos, dentro y fuera de casa. Cuando cada martes iba a por un periódico llamado “Deportes”, lo primero que miraba era el resultado del Santander, y no fallaba, siempre ganaba. Aquella Liga quedó en segundo lugar el Éibar a larga distancia.

He recordado esta anécdota con motivo de la situación actual del Almería. Los dos primeros de la clasificación muy destacados, se llaman Levante y Girona. Ninguno de ellos ha sido capaz de ganar al Almería en la presente campaña. En tres encuentros, tres empates.

Sin embargo el Almería ha llegado hasta el último lugar de la clasificación, a 4 puntos de la salvación. Me agradaría comprobar que el Almería se convierte a partir de ahora, en aquel Santander que ganaba siempre. Sería el triunfo de una ciencia filosófica llamada Psicología Experimental. Nos preguntaríamos, ¿cómo es posible que siendo los mismos hombres, jueguen de forma tan distinta?

Antes lo hacían guiados por el miedo, ahora actúan llenos de confianza en la victoria. Juegan unidos en equipo y el triunfo de uno es el triunfo de todos. Lo que puede hacer el Almería, se va a convertir en una gesta inolvidable para los aficionados al fútbol.

Diego Alonso Berbel