Luis Guillén nos representa de maravilla. Siempre tuve claro que es un señor del fútbol pero ahora necesitamos al presidente del Almería subido al autocar en la primera línea de butacas.

Alfonso García no viaja con la plantilla y la plentilla le necesita. Tener al jefe encima no siempre cambia las cosas pero ayuda y motiva. No es lo mismo subir al autocar y ver a Luis Guillén que es como un padre para todos que mirar a klos ojos al dueño del club: al que se juega los cuartos.

El presidente del Almería tiene que estar con el entrenador primero y con los jugadores después. Me vale que tenga uno o dos viajes de negocios que se lo impidan pero debe tratar de estar ahora. Se le necesita.

Si no viaja por aquello que dijo de “una cosa de la que no voy a hablar” que se olvide de ella. No debe de pensar ni en brujas ni en mal de ojo. No es un mal fario lo del Almería. Se puede arreglar.

Esto no puede durar toda la vida y si se baja a Segunda División B mejor hacerlo con Alfonso García en primera línea de fuego. Bajamos todos Alfonso. Todos.

El Cádiz debió de estar el presidente. Que se le vea en el palco del Carranza. Bajando a vestuarios y acudiendo a la rueda de prensa de Soriano.

Si Soriano es su entrenador que se lo demuestre delante de los futbolistas. Y si confía en los jugadores que se lo manifiesta con toda la confianza que transmite su presencia.

Se hace urgente una bajada de Alfonso García al vestuario, volver a hablar con ellos. El Almería le necesita viajando por España. Unido a su club en los malos momentos.

Me vale la visita guiada de este lunes para ver a marco Motta y cerrar temas de mercado pero necesitan más de su presencia todos sus empleados: tecnicos y jugadores.

Lo del Almería no es cosa de brujas, Alfonso, la sombra de Sergi Barjuan es alargada. Le pasó al Recreativo (ya en Segunda B) y le puede pasar al Almería.

Alfonso, no te quedes en casa. Tu casa es el Almería.