El recuerdo de tu tienda de discos
Casi todos teníamos una tienda de confianza en la que nos dejaban escuchar los vinilos antes de comprarlos

La querida tienda de Río Preto en la Rambla de Alfareros fue una referencia en la venta de discos y la única que sigue todavía en plena actividad.
En nuestro escalafón infantil de bazares mágicos, que estaba liderado por las tiendas de juguetes, pronto se incorporaron las tiendas de discos. No habíamos dejado aún la infancia atrás, estábamos entrando en ese territorio confuso y extraordinario de la pre-adolescencia, cuando la fascinación por la música se instalaba en los cajones de nuestra conciencia y nos invitaba a descubrir el embrujo de aquellos establecimientos donde los discos brillaban como estrellas.
Una atmósfera seductora envolvía a aquellos pequeños comercios en los que la música sonaba a todas horas. Entrábamos casi de puntillas y en silencio, como si penetráramos en un templo. Nada más llegar el sonido de la música de fondo te transportaba a otra realidad que se llenaba de magia cuando te situabas delante de las cajoneras de los discos y empezabas a rozarlos, a mirarlos, uno a uno. Era un placer acariciarlos, olerlos, sentir la dureza del vinilo dentro de la envoltura; era toda una experiencia mística leer las letras de las canciones y contemplar las fotografías que venían en la portada y en el interior.
Fue en las primeras décadas del siglo pasado cuando empezaron a florar en Almería las tiendas donde se vendían discos. Los primeros que trajeron los vinilos fueron los establecimientos dedicados a los instrumentos musicales. En 1906, el bazar El Pasaje, situado en el número siete del entonces Paseo del Príncipe, puso en su escaparate atractivos gramófonos en el que se podían escuchar discos de operas y zarzuelas que estaban de moda en aquel tiempo. Los almerienses que a diario paseaban por ese lugar próximo a la Puerta de Purchena, hacían un alto en su camino para disfrutar de la música que salía del interior del establecimiento.
En 1911 el empresario Francisco Caparrós montó un hermoso local en la calle Perea, junto a la calle de las Tiendas, donde se vendían los gramófonos último modelo de la casa ‘Parlonette’, que venían directamente de París. De todos aquellos negocios dedicados a la música y a los discos que fueron los pioneros en la ciudad, ninguno dejó tanta huella como el que allá por los años veinte abrió la familia Sánchez de la Higuera. La primera tienda la montaron en el número 26 de la calle Conde Ofalia hasta que unos años después se trasladaron definitivamente al número 22 del Paseo. Vendían discos de todas las marcas, pianos, instrumentos de banda y orquesta, guitarras, acordeones y contaban además con especialistas que se dedicaban a la reparación de instrumentos.
La Casa Sánchez de la Higuera fue uno de los primeros comercios que abrieron las puertas después de la guerra. El seis de abril de 1939, sin un sólo instrumento que vender, sin una sola partitura en los cajones, la tienda se puso de nuevo en funcionamiento ofertando al público, a través de catálogo, gramófonos de manivela que se podían adquirir a plazos.
La edad dorada de las tiendas de discos llegó en los años sesenta, cuando una nueva juventud hizo de la música su forma de vida. En el centro de la ciudad competían entonces auténticos gigantes del disco como la tienda de ‘Rio Preto’, en la Rambla de Alfareros, y ‘Radyelec’, en la calle Navarro Rodrigo. Después del cierre del negocio de la Viuda de Sánchez de la Higuera, la tienda de ‘Radyelec’ era la más antigua. Su historia se remontaba a los años cincuenta, cuando el joven emprendedor Ismael Morillas montó un establecimiento de material eléctrico y accesorios de radio a unos metros del Paseo.
En la década de los setenta también reinaban las tiendas de discos de Radiosol, Brasil Radio y Modi. Eran años de apogeo para las tiendas de música, cuando los discos se vendían como churros. En la calle Arráez abrieron ‘Galería del Disco’, donde muchos conocimos la alternativa de las cintas grabadas a medida, mientras que en la calle de las Tiendas disfrutábamos con las novedades y la modernidad de ‘La Sirena’, donde por primera vez pudimos escuchar una canción recién estrenada a través de unos auriculares.