Un terremoto de magnitud 7, 7 en la escala de Richter y de una profundidad de 10 ki lómetros sacudió en la tarde de ayer, por la mañana en España, el sudeste asiático, según informaba el Servicio Geológico de Estados Unidos. El seísmo, cuyo epicentro se detectó en el noreste de Myanmar, desató el pánico en la ciudad de Mandalay, cercana al epicentro, y en Yangón, la mayor urbe del país.

El temblor, que fue seguido de una fuerte réplica se ha sentido también en la provincia china de Yunnan, en el suroeste del país, e incluso en Bangkok, unos 1.000 kilómetros del epicentro.

En la capital tailandesa es precisamente donde se encontraba José González, un almeriense que pasaba unos días en el país asiático y que fue sorprendido por el seísmo. “Nos ha pillado completamente por sorpresa mientras comíamos en un restaurante sobre las una del mediodía”, ha trasladado el testigo.

Caos en las calles

En sus declaraciones a la Cadena SER, González contó cómo comenzó a ver las estructuras metálicas haciendo ondas a causa del temblor. “Cuando nos dimos cuenta de que era un terremoto salimos corriendo del restaurante”, explica el almeriense.

Cuando pasó el momento más tenso, el joven de Almería llamó a la embajada española en Tailandia para dar cuenta de que se encontraba bien y para que tuvieran constancia de su estancia en el país afectado.

Además de grandes cortes de tráfico que han causado el caos en la gran ciudad, José González pudo ver como caía por las fachadas de los rascacielos el agua de las piscinas que se encuentran en las plantas más altas, así como también, ha estado muy cerca del lugar donde se ha venido abajo el edificio que estaba en construcción y cuyo derrumbe se habría cobrado la vida de al menos ocho personas.

Ni al almeriense, y al parecer ningún otro español ha tenido que lamentar daños personales. No obstante, otra suerte han corrido en Mandalay, donde la Junta Militar Birmana confirmó a muerte de al menos 144 personas y que otras 732 han resultado heridas por el terremoto.

Réplica y más destrucción

Si el primer temblor fue potente, la réplica que llegó tan solo 12 minutos después también fue de una gran magnitud, 6,4 en la escala de Richter, con epicentro en la misma zona de Birmania ocasionando más devastación en la zona.

Naciones Unidas, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y las principales ONG humanitarias han activado sus mecanismos de respuesta de emergencia ante el seísmo.

A las pocas horas del temblor, los equipos de la ONU se han puesto en marcha “apoyados por la experiencia de toda la red global” y no descarta la movilización del Fondo Central para la Ayuda de Emergencia de la ONU, según las informaciones de Europa Press.

Marie Manrique, coordinadora del programa del equipo en Birmania de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), ha confirmado que, además de los daños a edificios e infraestructura, también reina la preocupación ante posibles roturas de presas, y cortes en el suministro eléctrico y las comunicaciones en algunas zonas del país.

A la iniciativa se han sumado también ONG como Plan International y Save the Children. “Sin duda, las necesidades humanitarias serán significativas. Estamos trabajando para establecer contacto con las comunidades en las zonas más afectadas, dentro y alrededor de Mandalay”, ha avisado el director de Plan International en el país, Haider Yaqub, quien ha confirmado desde Rangún que algunas infraestructuras críticas han quedado destruidas, que las líneas telefónicas fijas no funcionan y que viviendas y muchos otros edificios han colapsado”.