La Feria de Almería de 2025 será la última que sume a su 'contador' el actual concejal de área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores, Diego Cruz. 

Así lo ha decidido la alcaldesa de la capital, María del Mar Vázquez, que este viernes ha firmado un Decreto de Alcaldía para modificar la estructura orgánica y administrativa del Ayuntamiento de Almería. 

Una decisión que se traduce en un cambio de 'cromos' y que deja al cargo de las Fiestas Mayores a la actual concejal del área de Urbanismo y Vivienda, Elosía Cabrera.

Navidad y Semana Santa

De este modo, la edil será la encargada de la coordinación no solo de la Feria de Almería, sino también de otras festividades como Navidad y Semana Santa.

Con este cambio, explican desde el Ayuntamiento, la alcaldesa pretende redimensionar la carga de trabajo que conlleva la gestión administrativa de los procedimientos municipales relacionados con la Feria y Fiestas Mayores del municipio, algo que ya se había comenzado a realizar en la reciente Feria.

Asimismo, con esta modificación se busca contribuir a reforzar la colaboración entre las distintas Unidades Orgánicas que participan en el diseño y ejecución de las diferentes actividades, simplificando y agilizando la tramitación de los distintos procedimientos administrativos que se tienen que instruir para las celebraciones y liberando así personal para la realización de otros cometidos, igualmente, necesarios y relevantes para la buena gestión municipal.

Polémica

Aunque los motivos que alega el Ayuntamiento de Almería para la decisión no recogen la polémica que ocurrió el pasado 25 de agosto, la realidad es que esta última edición de la Feria de Almería quedó marcada por lo ocurrido en el primer lunes de feria.

Así, cabe recordar que ese día y durante casi dos horas, los 'cacharricos' ubicados en el Recinto Ferial estuvieron apagados por completo debido a un conflicto entre los feriantes y el consistorio capitalino debido, según los propios feriantes, por el alquiler de un limitador de sonido, que debían pagar de su bolsillo.

Por su parte, el Ayuntamiento de Almería defendió que el conflicto real radicaba en el aumento de las horas sin ruido y sin luces para las personas con autismo.