El futuro del suministro de agua y la gestión de los recursos hídricos son la china en el zapato que Pablo Venzal, concejal de Urbanismo, y por ende el Ayuntamiento de la capital, va a encontrar para la aprobación del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) que se encuentra en pleno proceso de estudio de alegaciones antes de su aprobación definitiva.

Ya el mismo día de su aprobación en sesión plenaria el propio Venzal asumía que era posiblemente el único punto de fricción con la Junta y es que, según explican desde la Delegación de Agricultura, Pesca, Medio Ambiente y Ordenación del Territorio “tras la supervisión de la documentación remitida por el Ayuntamiento, se ha detectado que es la misma documentación que remitió el Ayuntamiento y que supervisó la Consejería en marzo de 2013, por lo que no se han subsanado las observaciones emitidas en dicho informe”.

Esto implica que, si en su día no se dio el visto bueno al planeamiento ahora tampoco se va a dar por parte del ente autonómico ya que se ha repetido el mismo patrón que en la anterior aprobación. De hecho, explican desde Ordenación del Territorio que “aunque el informe que emita la Consejería se remitirá al Ayuntamiento fuera de plazo, dicho informe se tendrá en cuenta, sobre todo, considerando que el Ayuntamiento no ha realizado corrección alguna respecto de las observaciones que se le hicieron en su día”.

Problemas Lo cierto es que hay una importante controversia entre la Junta y el Ayuntamiento en materia del suministro de agua de cara al futuro, y sobre todo con los porcentajes de extracción de los Pozos de Bernal.

Desde la institución autonómica recuerdan que es necesario que el Ayuntamiento de Almería utilice la desaladora en una mayor proporción del 20 por ciento actual y reducir así el agua que recibe de los sondeos de Bernal ya que considera que “el acuífero  del Campo de Dalías está sobreexplotado y que la construcción de la desaladora fue precisamente la de contribuir a disminuir la sobreexplotación”.

Explican desde la Junta que “el aumento de la desalación y la reducción paulatina del uso de aguas subterráneas no es exigencia caprichosa de la Junta sino que el Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas aprobadas por el Ministerio establece que para el año 2015  se usan 17,04 hectómetros cúbicos de agua de los que sólo 3,41 procede de agua subterránea y para 2027 se prevén 17,15 hectómetros cúbicos de los que un 90 por ciento deben proceder de la desalación y un 10 de subterráneos.

Estos problemas con el agua, la falta de acuerdo e incluso el no subsanar las peticiones ya realizadas, puede suponer que finalmente la Junta de Andalucía decida no dar luz verde al planeamiento realizado por el Ayuntamiento y que aún no se ha aprobado de forma definitiva. Todo está en el aire esperando próximos movimientos.