“Habiendo cesado por imperativo de la Ley, en cumplimiento de lo dispuesto en la Disposición Transitoria 5ª de la Ley 39/78, de 17 de julio, sobre elecciones locales, el presidente de esta Excma. Diputación, don Juan López Cuadra, se ha hecho cargo de la presidencia de esta Corporación la vicepresidente doña Ángela Cuenca Lorca. Lo que se hace público para general conocimiento. Almería, 19 de febrero, 1979. El presidente, Ángela Cuenca Lorca”.

He aquí la resolución oficial. 69 días. Y todo empezó un 19 de febrero. Ese fue el día en el que Ángela sustituyó al entonces presidente, Juan López Cuadra. Ella misma firmaba la resolución como “presidente” –el término presidenta para el género femenino estaba registrado en la RAE desde 1803: ¿Por qué no se usó, entonces?-. Solo estuvo dos meses y una semana en el cargo y pasa por ser la primera y única presidenta que ha tenido la Diputación en sus dos siglos de vida. Había llegado al cargo de diputada en 1974 –primera en la historia de la institución provincial-.

En la siguiente crónica queremos seguir el rastro oficial de esta mujer de poderosa personalidad. Como el compañero Manuel León ya la retrató magistralmente hace unos años aquí en La Voz, hemos buceado en las entrañas del Boletín Oficial de la Provincia (BOPA) para conocer qué hizo Ángela Cuenca en este breve tiempo.

Suplemento de crédito

Cuatro días después de aterrizar en el palacio de Navarro Rodrigo, Cuenca presidía una sesión ordinaria en la que se aprobaba un expediente para habilitar suplementos de créditos al presupuesto de 1979 por un importe de 88.338.281 pesetas. El 23 de Febrero de 1979 se refrendaba en sesión ordinaria el presupuesto especial del Servicio de Recaudación de Tributos del Estado y dos semanas después, el 9 de marzo, en el marco de los planes provinciales, la presidenta sellaba con su pluma la finalización de una obra importante de saneamiento para tres pueblos pequeños de nuestra provincia: Alhabia, Alsodux y Santa Cruz.

Trabajadores

La sesión del 5 de marzo introdujo cambios en el plano laboral para numerosos trabajadores públicos de la Diputación. Además, se aprobó sonorizar el salón de plenos. El BOPA del 10 de marzo de 1979 publicaba la lista de admitidos (Manuel, Antonio, Francisco, Francisco y José Antonio) en el concurso oposición que tramitaba la Diputación para proveer en propiedad una plaza de mozo de almacén en el Hogar Provincial. El Tribunal queda constituido por Angela Cuenca Lorca, presidenta de la Corporación, como titular; y Melchor Montero Amate, diputado provincial, corno suplente.

Empezaban a llegar los servicios más básicos a los municipios. El 15 de marzo, se autorizaba devolver la fianza a la empresa Montajes Miras tras liquidarse una obra de electrificación en la barriada en El Palomar de Fines y ese mismo día Ángela Cuenca firmaba la liquidación de una obra estratégica para la aldea de Fuente de la Higuera (Benizalón). Llegaba la luz y, con ella, la televisión. Era alcalde pedáneo Juan Cortés Lara. El contratista fue también Montajes Miras.

22 de marzo

La Junta de Gobierno del Consorcio para la Enseñanza de Estudios Universitarios de Almería, tras la sesión extraordinaria celebrada el día 14 de marzo de 1979, concertó una operación de crédito de 28 millones de pesetas, “amortizable en 19 años” y con un interés del 11 por ciento, para ampliar el presupuesto de este organismo de la Diputación.

El 10 de abril, Cuenca firmaba la entrega de subvenciones a los ayuntamientos de Adra, Gérgal y Vera y el 27 de abril estampaba dos firmas importantes. Se daba cuenta de la exposición pública del presupuesto y de la cuenta general de recaudación de tributos de 1978. Era ya el epílogo de su corto mandato.

Elecciones

El 3 de abril se celebraron elecciones municipales. José Fernandez Revuelta, concejal elegido por el Ayuntamiento de Almería, asume unas semanas después la presidencia de la Diputación Provincial, que ostentará hasta 1983. Ángela Cuenca cesaba en su cargo tras constituirse la primera corporación democrática. Su etapa había terminado.

Su intrahistoria fue recordada hace unos días. El jueves pasado se presentaba en el remozado Patio de Luces una magna obra sobre la historia de la Diputación, que es la historia de la marca Provincia de Almería. Editada por el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) y coordinada por los historiadores Carlos Villoria y Valeriano Sánchez, es el resultado de varios años de trabajo en los que se ha rastreado hasta el más recóndito documento y se ha perseguido hasta la última huella familiar. Desde 1822 hasta hoy han pasado por la casa provincial 147 presidentes (el último, el 148, Javier Aureliano García Molina) y una presidenta. Desde el Trienio Liberal, con Francisco Clemente como primer dirigente, hasta la actual democracia, la Diputación ha sido testigo directo de la convulsa España de los siglos XIX y XX: el reinado de Isabel II, el Sexenio Revolucionario, la Restauración, la II República, la Dictadura Franquista y la Transición.

Con la Diputación, con la nueva provincia, quedaba atrás el Medievo institucional, el Antiguo Régimen, la dependencia de Granada. Atrás quedaba el debate Baza-Almería para la capitalidad provincial. Atrás queda también el viaje de 69 días de aquella maestra que se movió en la Sección Femenina y en el sindicalismo oficial de la Dictadura y que, sobrevenida la democracia, cumplida su misión, abandonó la política en silencio. Hasta su muerte con 63 años en 1991 en un accidente de tráfico en la Carretera de Níjar, Ángela Cuenca siguió ejerciendo el servicio público como funcionaria. Tal vez la historia –y sus consignas ideológicas- no le haya puesto en el lugar que merece, pero la realidad es que la única presidenta de la Diputación en 200 años ejerció como tal antes de la primera Corporación de la democracia. ¿Era aquello empoderamiento femenino? ¿Fue casualidad? Periodismo es que el relato no mate el dato.