La lluvia en Almería es todo un acontecimiento. Todo el mundo sabe que el chaparrón trae consigo migas para comer, barro que limpiar después y, por qué no decirlo, “más calor”. 

Por desgracia, también todo almeriense sabe que, si cae demasiada agua, todo se inunda. No es algo nuevo y el peor caso ocurrió el 11 de septiembre de 1891, hace ya casi 135 años, cuando una riada dejó a su paso tanto daños materiales como víctimas mortales.

Los periódicos describieron el suceso como “fatalidad”, y no es de extrañar. Aunque ya llovía desde la noche, fue entre las 9 y las 10 de la mañana cuando la 'gota fría' desató el caos en la ciudad. Las ramblas y demás torrentes se desbordaron y el agua arrasó las casas y los edificios. Se calcula que unas 2.000 familias perdieron sus viviendas en la riada y hubo varios fallecidos, 20 en total.

Todavía hoy pueden encontrarse fotografías del estado en que quedaron edificios tan emblemáticos como la actual Compañía de María, las casas del Barrio Alto o las calles Granada, Méndez Núñez o Regocijos entre otras.

El desastre dejó tal impacto en los almerienses que se levantó un monumento dedicado a las víctimas de las inundaciones, la estatua de la Caridad. Seguro que muchos han paseado frente a ella sin saber qué conmemoraba, pues se encuentra en la Avenida Federico García Lorca, concretamente en la plaza de las Velas.

El suceso también derivó a una toma de decisiones, no solo para evitar futuros desastres, sino también para ayudar a los afectados. Gracias a una iniciativa promovida por varios diarios de la época, se financiaron casas que serían destinadas a las víctimas de la riada. El conocido barrio de la Caridad estaba constituido por 20 casas, las cuales salieron a subasta en noviembre de 1891.

Para los más curiosos, se puede encontrar por internet, en la web de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, el número del periódico La Crónica Meridional en el cual se describe el incidente.