Si usted ha viajado hoy desde el aeropuerto de El Alquián a Madrid con Air Nostrum, franquiciada de Iberia único operador disponible- ha pagado 273 euros más que un malagueño que haya partido desde el aeródromo Pablo Picasso, casi a la misma hora. El billete le ha costado al pasajero desde Almería 336 euros solo la ida y al de Málaga 63 euros. Son cuentas, no cuentos: los almerienses sufren desde hace décadas un lastre perenne en su bolsillo, tanto para viajes de negocios como de placer a Madrid.

Así lo explican también los propios expertos financieros y lo han ratificado los últimos presidentes de la patronal Asempal y de la Cámara de Comercio: Málaga y otras ciudades cercanas tienen una ventaja competitiva con respecto a Almería a la hora de ejercer cualquier actividad económica que implique viajar por parte de sus empresarios.

El vuelo por tanto desde Almería, el más económico en clase turista, rebasa los 500 euros si se incluye también la vuelta. Es cierto que hay tarifas más económicas si el billete se reserva con mucha antelación, pero a veces los negocios surgen de un día para otro y el roto en la cuenta de resultados es palpable. En Málaga no se necesita reservar con un mes de anticipación si se quiere obtener un billete por menos de 80 euros. No hay punto de comparación. Además, casi todos los vuelos desde Almería a la capital suman un porcentaje superior al 90% de ocupación. Ayer, sin ir más lejos el vuelo de las 10 de la mañana, estaba casi completo, a falta de dos plazas, a las 20.00 horas.

Almería no llega al millón de pasajeros al año, ocurrió solo una vez: de 2005 a 2007 (en los años 80, por ejemplo, había el doble de vuelos a Alemania que hay ahora); Málaga supera los 25 millones sin despeinarse.

Antes del verano se celebró en Madrid el Consejo de Administración de Aena, el ente administrador de los aeropuertos españoles, del que es accionista mayoritario el Ministerio de Transportes junto a otra parte que cotiza en Bolsa. Se aprobó una nueva ampliación del aeropuerto malagueño para poder recibir como se merece a esos almerienses, que poco a poco, van olvidando su aeropuerto provincial y abrazando el vecino que ofrece más frecuencias y a precios competitivos.