Pasaban cinco minutos de la hora programada cuando el tren procedente de Madrid hizo su entrada en el andén 1 de la estación de Huércal-Viator. Al descender de los vagones, los pasajeros se han encontrado con un comité de bienvenida inesperado: flores y música de banda, como si fueran celebridades de otra época.

Sin perder de vista el ambiente festivo que ofrece la Feria de Almería, la Mesa del Ferrocarril quiso aprovechar estas fechas tan señaladas para llevar a cabo una acción de solidaridad con los viajeros y, al mismo tiempo, de denuncia ante la situación histórica que viven los servicios ferroviarios en Almería, especialmente los que conectan con la capital de España. Se trata de trayectos que superan las siete horas de duración, sin contar retrasos o incidencias.

Por ello, y aportando buen humor pero sin restar gravedad al problema, los miembros de la Mesa del Ferrocarril esperaron en el andén a los pasajeros, a quienes obsequiaron con un clavel, uno para cada persona que integraba el pasaje.

Claveles de Feria al compás del chacachá

Conforme los viajeros abandonaban los vagones, los miembros de la plataforma social que lucha por la mejora de las conexiones ferroviarias en Almería repartieron las 200 flores y dieron la bienvenida.

La escena resultaba simpática, casi berlanguiana, y arrancó sonrisas de complicidad entre los pasajeros: dos jóvenes, él con sombrero cordobés y ella con traje de flamenca (porque estamos en Feria), ofrecían claveles rojos y blancos que sacaban de cestas de mimbre a los recién llegados. En segundo plano, las notas de pasodobles y del Chacachá del tren, de El Consorcio, interpretadas por la compañía de teatro ABBA, amenizaron la jornada.

Y es que, aunque la escena pudiera parecer cómica, hay un trasfondo serio, algunos dirían que roza el absurdo: el tren de Madrid a Almería, sin ser el más largo en distancia, “es el más lento de España en contactar con Madrid.”, manifiesta José Carlos Tejada, presidente de La Mesa del Ferrocarril.

Los pasajeros recibieron la bienvenida con gusto y sonrisas. “Nunca antes nadie me ha recibido con flores. Ha sido toda una grata sorpresa”, contaba una pasajera. La iniciativa tenía un objetivo muy claro: “pedir perdón a los sufridos viajeros por tantas horas de viaje y por los riesgos de quedarse varados durante el mismo. Porque ya que nadie lo hace, alguien les tendrá que pedir disculpas”, explicaba a LA VOZ uno de los miembros de La Mesa del Ferrocarril.

Por sus conversaciones y acentos, se intuía que muchos de los pasajeros que subieron al autobús de trasbordo para llegar a la capital no eran nativos de la tierra indálica. Habían viajado a Almería para visitar a amistades y, de paso —ya que el Pisuerga pasa por Valladolid—, aprovechar para disfrutar de la feria almeriense.

Disculpas por siete horas a 40º

Pero, más allá de la anécdota festiva, la realidad del viaje no resulta tan amable. Así lo denunció José Carlos Tejada, presidente de la Mesa del Ferrocarril: “Hemos venido a pedir disculpas a los pasajeros que llegan desde Madrid, unos viajeros que sufren incidencias de todo tipo: problemas en el aire acondicionado, retrasos, averías en las locomotoras… lo que en ocasiones les obliga a terminar el trayecto en autobús”.

Tejada recalcó que Almería sigue sin contar con unos servicios ferroviarios dignos: “Mientras llega la Alta Velocidad, necesitamos trenes de calidad, que no se rompan y que lleguen en un tiempo razonable a Madrid. La provincia no puede seguir con servicios precarios porque eso supone poner piedras en las ruedas del desarrollo económico y generar un malestar social evitable. Renfe tiene que ponerse las pilas”.

El presidente de la Mesa lamentó que tras cuatro años se haya recuperado la segunda circulación con Madrid, pero con un Alvia que tarda casi siete horas en lugar de las cinco horas y media prometidas. “Con Sevilla tenemos solo dos trenes diarios, cuando antes de la pandemia eran cuatro. Con Granada, al menos, sí se han recuperado las circulaciones previas.

Y llevamos seis años reclamando que cada tren viaje con dos locomotoras, porque cuando se aplicó esa medida, las averías desaparecieron. Desde abril pedimos a Renfe que vuelva a ponerlas y nos dicen que cuesta 500.000 euros al año. Pero ¿qué es ese coste frente al maltrato que sufre una provincia que acumula incidencias, retrasos y hasta viajes de siete horas a casi 40 grados sin aire acondicionado? Es humillante. Almería tiene el trayecto más lento de España, el peor servicio ferroviario del Estado con diferencia”, sentenció.