Una encuesta realizada entre el personal docente e investigador a tiempo completo con titulación de doctor de las Universidades de Oviedo, Complutense de Madrid, Alcalá de Henares, Politècnica de Catalunya, Sevilla y Almería -escogidas por su representatividad en términos de tamaño, localización geográfica y perfil disciplinario- revela un aspecto del que los docentes universitarios se llevan quejando desde que se puso en marcha el Plan Bolonia: la excesiva carga burocrática que ha traído consigo la adaptación del sistema universitario al Espacio Europeo de Educación Superior.

Aquella idea de modernizar la universidad, acercarla a las empresas y favorecer la movilidad entre estudiantes dentro de Europa para aumentar sus posibilidades de encontrar un empleo, ha convertido a los profesores y profesoras universitarios en hombres y mujeres orquesta. A las horas de clase que tienen que dar a la semana, entre diez y doce, se suman los trabajos fin de grado y másteres, la investigación que desarrollan, el apoyo que prestan en investigaciones ajenas y una sobrecarga de burocracia que califican de “exponencial”.  “Además, el impacto de las TIC y la comunicación constante con los alumnos a través de las aulas virtuales, hace que las consultas se produzcan en todo momento y lugar, no sólo en el despacho durante las tutorías. Por lo tanto, la situación actual es que hay profesores activos en la docencia y la investigación y que no rehuyen las tareas de gestión, con una carga de trabajo muy elevada, dentro de una profesión que, aunque goza de flexibilidad, no tiene, precisamente por ello, apenas días libres”, señala el catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la UAL, Andrés Sánchez Picón.

¿A qué dedican el tiempo?

La encuesta la han realizado un grupo de investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid y de la Aalto University de Finlandia como parte de un proyecto financiado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para conocer como distribuye su tiempo el profesorado universitario.

Los 12.000 profesores que han participado en el sondeo, han declarado trabajar un total de 9 horas y media los días laborales y unas tres horas los festivos, lo que supone unas 53 horas en una semana laboral estándar. En términos comparativos, se trata de una cifra muy similar a lo que se observa por ejemplo en Finlandia, donde los profesores de universidad trabajan unas 50-52 horas.

Los encuestados dedican de media el 40% de su tiempo a la docencia, el 33% a la investigación, un 17% a tareas administrativas, un 5% a servicio a la comunidad científica y un 5% a la transferencia de conocimiento a la sociedad.
La encuesta también recoge información acerca del lugar donde los profesores desempeñan su trabajo. De media, los encuestados trabajan los días laborales algo más de seis horas en su despacho y otras tres fuera de él.

Los profesores universitarios aseguran que les gustaría dedicar más tiempo, sobre todo, a actividades de investigación y a la transferencia de conocimiento, seguida por las actividades docentes y el servicio a la comunidad científica. Muy pocos docentes desearían disponer de más tiempo para tareas administrativas.

Distintas motivaciones

Pero la motivación por la que les gustaría dedicar más tiempo a cada actividad es muy diferente. Querrían dedicar más tiempo a la investigación porque consideran que es útil para sus carreras profesionales. La docencia, por ejemplo, es valorada “socialmente útil” pero poco efectiva para progresar en el ámbito universitario. Algo similar ocurre con la transferencia de conocimiento, con la que disfrutan poco.

“La estabilización y promoción profesional está cada vez más vinculada a la carrera investigadora, lo que puede haber redundado en los últimos tiempos en una cierta desvalorización de la tarea docente. Sería un efecto lamentable de un incentivo perverso”, apunta Sánchez Picón.

Aspectos positivos

Los profesores destacan la posibilidad de desarrollo personal y la flexibilidad de horario como los aspectos más positivos de su trabajo. El reconocimiento por parte de otros investigadores y las condiciones económicas. El estudio revela también que los hombres tienen una mejor consideración de su propia calidad académica y que las mujeres trabajan más al día que los hombres, que se dedican íntegramente a preparar sus clases. Según los datos que revela la encuesta, la satisfacción del personal docente universitario es muy elevada: califican lo "contentos" que están con su trabajo con un 8 sobre 10.