Trump, un guerrero, cumple sus promesas
Fernando Sánchez Dragó Cree que el nuevo presidente americano `marca el fin de la Era Contemporánea`.

Afirma que el voto no es un derecho natural, sino creado, y requeriría un examen al ciudadano.
¿A España, como a Europa, le falta un objetivo, un relato más allá de la búsqueda del bienestar?
A España no solo no le falta un relato sino que le sobra. No creo que debamos tener un objetivo común. Lo que más detesto es el igualitarismo. Hoy, en nombre del igualitarismo y la globalización, se ha creado una uniformización de la sociedad. El bienestar es un sistema de extorsión fiscal en el cual los políticos de ese abominable sistema que es la democracia por sufragio universal, no así la democracia al estilo griego, donde tenían derecho al voto las personas con criterio, nos han desjarretado, con la idea de que lo que hay que hacer es divertirse y el único objetivo es la felicidad. Pues no. Y ya que ha salido a relucir esto, te digo, escandalillo al canto: el voto no es un derecho natural sino positivo, es decir, se gana. Es un derecho creado. El ciudadano debería someterse a un examen para valorar su criterio, generosidad e interés por la cosa pública.
Estos últimos sesenta años de convivencia pacífica, ¿son un espejismo de la Historia?
Son el preludio de la próxima guerra mundial. Una crisis siempre se ha acabado con una guerra. Y de esta crisis, aunque haya zigzags, no vamos a salir. La guerra destruye y por lo tanto se vuelve a construir. También estamos asistiendo a un terremoto del orden mundial. Europa está en las últimas, surgen unos Estados Unidos muy fuertes con Trump, está China, y Rusia, con Putin, que es el mejor político del mundo, el único que tiene las ideas claras. Y luego está el Islam. Si Hillary, la bruja, hubiese ganado, la tercera guerra mundial estaría servida. Ella es solo una sierva del yihadismo, ha creado las primaveras árabes, la guerra de Siria, y es una lacaya de la industria del armamento. Menos mal que ha perdido. El 8 de noviembre de 2016 termina la Edad Contemporánea y empieza otra que no tiene nombre. La elección de Trump es un vendaval que lo va a mover todo. Fíjate, en una semana ha hecho más que todo lo que hicieron los políticos españoles, de izquierdas y de derechas, desde que se murió Franco. Ha demostrado algo a lo que no estamos acostumbrados: está cumpliendo sus promesas. Si son buenas o malas, si serán beneficiosas o no, ya lo veremos.
Resulta chocante tu querencia por la cultura japonesa, por la meditación, y esa predilección por Trump.
No me gusta por su vertiente política, sino por su vertiente guerrera. Lo veo como el juez de la horca, de la película de Paul Newman. En Putin veo un cosaco, un general de la Santa Rusia. Los rusos nos han salvado tres veces: de los mongoles, de los turcos y ahora de los musulmanes. Él es un guerrero, le gusta montar a caballo, nadar, cortar leña. Y a Trump le faltan las pistolas al cinto. Este escándalo de los blanduchos que son los europeos por el derecho a portar armas de los americanos… No se dan cuenta de que eso para los americanos es sagrado. No entiendo que tú y yo no podamos llevar armas. ¿Por qué no? Otra cosa es que hagan falta unos requisitos.
¿Qué has hecho por encima de tus posibilidades?
Siempre he intentado ser sobrehumano. En mi libro”Shangri-La, el elixir de la eterna juventud”, hablo del auriga de Platon. El ser humano es como un auriga, tiene cuatro caballos. Por un lado está el cuerpo: si te quedas solo en él eres una top model; luego el sexo, que es la fuerza, la libido, la energía. Es uno de los ámbitos en donde yo he intentado ser sobrehumano. Por otra parte, el corazón. Pero si te quedas ahí eres un animalito de Walt Disney, el buenismo estúpido que impregna la sociedad… Y por último la cabeza, la razón. El hombre superior es el que consigue que esos cuatro caballos vayan en la misma dirección.
¿El mejor sexo que has tenido?
Exagero un poco, lo digo metafóricamente, pero las mejores folladoras que he conocido eran las chicas de buenas familias bajo Franco. Si una chica cree que se va al infierno y a pesar de eso se aviene a hacer el amor contigo, coño, lo hace bien… (risas). En Oriente y en África, no se hace bien el amor. ¿En Cuba? Las cubanas lo tienen todo. Es un hervidero sexual. Eso es un horno (risas).