Barracones, mesas y vagones
Acaban de reunirse en la estación para dar la bienvenida o al menos constatar la existencia de ese nuevo Talgo
A estas alturas considero prácticamente innecesario insistir en la razón que abriga el discurso reivindicativo de la Mesa del Ferrocarril de Almería y los motivos que hacen necesaria su existencia, su presión y sus actuaciones. Ahora acaban de reunirse en la estación para dar la bienvenida o al menos constatar la existencia de ese nuevo Talgo que, aunque más aseado y cómodo, no reduce de modo significativo las interminables siete horas de padecimiento ferroviario que supone para cualquier almeriense desplazarse en tren a Madrid. Ahora bien, cuanto más se habla de esta Mesa y se airea el relato fundacional de un colectivo multidisciplinar nacido como respuesta justa a un largo convoy de agravios y marginaciones, más se alarga la sombra que otros agravios y otras marginaciones no menos lacerantes siguen proyectando sobre Almería, sin que prenda la llama viva del rechazo coral, o surja la locomotora tractora que enganche el sentimiento colectivo de la defensa del interés almeriense. Ahora que Almería inicia el curso escolar, además de con la presencia ingrávida y fugaz de SM la Reina, con el vergonzante record andaluz de mayor número de aulas prefabricadas del que no quiere hablar el PSOE almeriense, sorprende que nada o casi nadie se movilice y proteste y reclame y exija a la Junta de Andalucía más actuaciones y menos postureo educativo, habida cuenta de que, desde el punto de vista cuantitativo, el agravio del barracón afecta a más gente que el agravio del vagón. Y es que por muchos almerienses que quieran ir a Madrid en tren, hay muchos más niños almerienses que no han conocido en su vida un aula de colegio como tal y se educan en barracones, en otra de esas permanentes provisionalidades que suelen ser indicio cierto de una pésima gestión. Bueno, pues aunque es evidente el malestar y el descontento que esto provoca en todos los almerienses (salvo a los serviles portavelas del PSOE local) no hay mesa, ni mesilla, ni cámara, ni camarilla, que proteste. Misterios sin resolver.