Todo fluye… salvo algunas cabezas

Pocas cosas estimulan las emociones humanas tanto como el agua. Hace 2.500 años, el griego Heráclito explicaba que uno nunca puede bañarse en el mismo río porque todo fluye. “Panta rei”, que decía con solemnidad el hermano de turno sobre el estrado. Algunos años más tarde, un autor medieval que andaba de bajona por su reciente orfandad, escribió que las vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir. Y mucho menos sombrío que Jorge Manrique, el gran Julio Iglesias se sentaba en la orilla de un río para tirar el pañuelo de una muchacha a ver cómo se hundía, que por cierto vaya usted a saber cómo estaba el pañuelo después de que el intrépido cancionista pasara unos minutos fluviales junto a una señorita. El manar del agua, ya ven, es fuente histórica de inspiración y gozo a partes iguales. Pero también puede ser, y ahora lo verán, motivo de descubrimientos científicos relevantes. La candidata de Pedro Sánchez por Almería, Adriana Valverde, se ha mostrado muy contrariada por el final del afloramiento de aguas producido en Costacabana a consecuencia del pinchado de un acuífero durante las obras de unas viviendas de protección oficial que está haciendo el Ayuntamiento. “Han tapado el vertido para que no se vea que se está perdiendo mucha agua,” ha dicho Adriana,  dejando escapar a borbotones su ingenio al descubrir que un acuífero no canalizado es un acuífero perdido. Y claro, más de uno habrá pensado en que si el razonamiento hidrológico de la señora Valverde suena a chufla en la Rambla del Charco, repetido en la desembocadura del Río Ebro resulta bastante indignante. Y es que alguien tendría que recordar a los socialistas que fue su partido, el PSOE, el que con sumisa obediencia a los independentistas catalanes, fulminó en 2005 por intereses políticos el trasvase -ya en marcha- que iba a traer a Almería el agua dulce sobrante que sí que va al mar en Tarragona. A ver si es que sólo vamos a tener memoria para hablar de Franco.