Almería se hace la sueca

Para media Almería es el fin del mundo; la otra mitad lleva meses salivando y esperando a julio

El IKEA más grande del mundo está en Estocolmo; la cadena de muebles de origen sueco abrirá en julio en Almería.
El IKEA más grande del mundo está en Estocolmo; la cadena de muebles de origen sueco abrirá en julio en Almería.
Manuel León
19:22 • 08 feb. 2023

Cuando se jubiló José Fernández, el dueño de Almacenes Fernández, quiso hacer inventario en una entrevista: “El mayor error de mi vida profesional fue cuando lloré porque venía Pryca y montamos una plataforma antipryca, el tiempo demostró que nos equivocamos”. La vida contemporánea de esta ciudad se podría escribir en un libro titulado, por ejemplo, ‘Almería, del Ecoprix al Ikea, pasando por El Corte Inglés’. Porque nada genera en una mitad de esta metrópoli, en sus cafeterías o en el mar proceloso de facebook, tanta distopía como la apertura de una gran superficie. Quizá sea complejo de inferioridad en una ciudad tan habituada en el pasado a las tiendas de barrio. La otra mitad, por el contrario, es oír hablar de nuevos escaparates, de nuevas firmas en amplios pasillos para hacer picnic o pasear como por la Rambla, y empezar a salivar. Si algún periódico almeriense hiciera una encuesta callejera sobre qué es más importante el AVE o el IKEA quizá nos llevaríamos alguna sorpresa. Queda poco para que lleguen los rubios suecos a la cueva de Conan -en julio-  y ya se oye la cantinela de siempre: “pobrecito centro y la alcaldesa sin hacer nada”, “qué pena las tiendas de muebles de toda la vida, qué será de Mago o Ruiz Collado” . El comercio del centro se muere -si es que es verdad que se muere, más bien hay itinerancia- no por Bogaris o IKEA. Las boutiques de Regiones o de Calzada de Castro podrían acusar también a las del Paseo de vampirizarlas. Es cierto que abundan los locales vacíos, algunos muy bien situados: el antiguo MacDonalds, la antigua Dulce Alianza. Los arrendadores no se ponen de acuerdo con los arrendatarios. Nadie se baja del burro de los 4.000 o 5.000 euros. Hay mucho rentista.  La culpa de la muerte del centro y su conversión en un parque temático de bares no la tiene Estocolmo o Rodrigo Charlo. También iba a morir el Centro Mediterráneo cuando desembarcó Torrecárdenas y lo que hace es abrir nuevas tiendas. Que el consumidor elija. Quizá al lado de IKEA, en la parcela comercial recién adquirida, ponga Leopoldo Castán un FNAC, para soponcio de algunos, para júbilo de otros. Así es Almería











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