La Esperanza se hace más Madre en Las Puras

Probablemente se trata del momento de mayor misticismo de la Semana Santa de Almería. La procesión de Estudiantes ha salido de la Catedral a las ocho de la tarde-noche del Miércoles Santo. Media hora más tarde, la Virgen del Amor y la Esperanza asoma a la iglesia del monasterio de clausura de las Puras.

En el dintel la esperan la decena de mon jitas de clausura con angelical expresión de hijas amantísimas en su rostro. Entregan al capataz del paso, Benjamín González, su tesoro más preciado: la Inmaculada Concepción que quedará incorporada al frontal del paso. Allí permanecerá el resto de la procesión. 

La guitarra de Guillermo Fernández interpreta ‘Esperanza en las Puras’, confiriendo más sentido místico, si cabe, al momento. Cientos de almerienses (y porque no caben más) son emocionados testigos de ese inenarrable instante en el cual se detiene el tiempo y los ángeles bajan a la Tierra en forma de monjitas de clausura. Probablemente no verán el exterior del monasterio hasta dentro de un año. Pero ¡qué felices han sido este 23 de marzo!

Hemos narrado el momento místico de la procesión. Pero hubo mucho más. Comencemos por las novedades. Los ocho angelitos del paso de Misterio han sido restaurados y lucen bellísimos. El paso de Palio contaba con una nueva parihuela de madera.

También la corona de la Esperanza fue restaurada, así como el Estandarte corporativo y los 20 candelabros del tramo.
El paso de la Oración en el Huerto flanqueó el portón de la Catedral poco después de las ocho de una ventosa y desapacible tarde-noche. Lo comandaba Miguel Ángel Plaza, a los sones de la Agrupación Musical ‘Ntra. Señora del Mar’, de Huércal de Almería.

Un cuarto de hora más tarde ganaba la abarrotada Plaza de la Catedral el bellísimo Paso de Palio portando a la Virgen del Amor y la Esperanza. Benjamín González comandaba por vez primera los costaleros que mecían a su Madre a los sones de la Agrupación Musical Los Iris, de Instinción.

Componían el cortejo procesional unos 200 nazarenos, ya con el color de sus hábitos unificado para ambos tramos: túnica blanca, con botones, capa y capirucho verde y cíngulo de esparto. Unas 45 mantillas eran las camareras de la Virgen.

Presidían la procesión el consiliario, Juan Torrecillas, el hermano mayor, José Luis Cantón, y representantes de las entidades que son hermanos honoríficos: la Universidad, UNED, Graduados Sociales y Asociación contra el Cáncer.

Tras el ya comentado paso por las Puras, el cortejo se dirigió, ya en noche cerrada y con el bellísimo fondo de la Alcazaba iluminada, a la calle José Ángel Valente para internarse en el casco histórico de la ciudad. Muchos son los almerienses que sólo visitan esta zona acompañando a Estudiantes.

La Tuna Universitaria le dedicó las habituales canciones en plaza Virgen del Mar y el cortejo pidió la venia en Carrera Oficial alrededor de las once. Una hora y cuarto procesionaron por ella. 

Se estrenó el nuevo Himno a la Esperanza 
Durante muchos años fue cofrade del Encuentro; pero los avatares de la vida le llevaron a Estudiantes. Especial devoción siente Miguel Ángel Molina por la Virgen del Amor y la Esperanza, a la que le ha compuesto un bellísimo Himno cuya letra y música le salió de lo más profundo de su corazón cofrade.

Tradicionalmente, la Banda Los Iris, de Instinción, que acompaña en la procesión a la Esperanza, hacía sonar ‘Encarnación Coronada’ llegando a las Puras. Luego entonaron el nuevo Himno.