Rubén Lorente apunta a la Copa del Rey

El colocador de Unicaja Almería acumula horas extra

Rubén Lorente en un partido con Unicaja Almería.
Rubén Lorente en un partido con Unicaja Almería. La Voz
La Voz
18:36 • 30 ene. 2019

Final del entrenamiento del martes, duro, exigente, pero a Rubén Lorente le queda un rato de soledad en el perímetro del rectángulo de juego. Hay ejemplos claros en el voleibol, pero como amante también del baloncesto que es, a la joven perla de Unicaja Almería le vale Drazen Petrovic, cuya norma era hacer 500 tiros al día a la canasta tuviera o no partido. El talento no sirve de nada sin el trabajo, y no por muchas veces repetido perderá el valor que tiene en el ‘5’ en verde: “Lo que haces mal, se trata de hacerlo regular, lo regular, bien, lo bien, mejor, se trata de trabajar cada día”. Concentración, impulso y golpeo, una tras otra vez, practicando algo en lo que quiere mejorar como es el saque. “Ya me conocéis”, se justifica.



Lorente estuvo con el ensayo-error y el ensayo-acierto, volcando la balanza hacia lo segundo, “hasta que la mano ya no ha dado para más, o las piernas, o cuando nos han echado de la pista, más bien”. Y es que después tocaba entrenamiento de baloncesto precisamente en una instalación compartida como es el Moisés Ruiz, un deporte que usa como vía de escape: “Todo lo que pueda trabajar para mejorar técnicamente o sobre situaciones, o el tema táctico de distribución, lo haré, pero lo que hay que tener presente es no llegar al punto de obsesionarse, que ese es otro trabajo que hay aparte”. Devoraba revistas de la NBA con su padre, un recuerdo al que da gran valor, y su afición a la mejor liga del mundo continúa como evasión.



¿Cuántos saques has hecho?. “No lo sé, no los he contado”. Sobre unos cien más o menos, y eso que su servicio ya ha dado muestras de ‘peligrosidad’ durante esta temporada, enlazando varias rachas en las que ha puesto en aprietos graves a la recepción rival. Pero no es su única máxima aplicada en las pasadas horas, sino que está Melilla: “Lo que se vio tiene que ser resultado y reflejo de lo que nosotros hablamos y lo que nos marcamos como objetivo, que es ser un equipo, demostrar que a la buenas y a las malas vamos a estar apoyándonos, desde dentro, desde fuera, y siempre mirar para el bien común para tirar y que los resultados lleguen, ya sea jugando o ya sea desde fuera echando una mano desde el banquillo”.



Fue todo un espectáculo verlo en el Imbroda: “Este partido no me tocó ayudar en la pista, pero bueno, yo estoy conforme con aportar a los compañeros, e incluso hablando con Guille de lo que yo percibía desde fuera, tanto que pensé que me iba a mandar a la (…) de tanto que le estaba diciendo; al fin y al cabo, esto un equipo, hay que remar todos en la misma dirección y llegar a la Copa del Rey de la mejor manera, que ya está a la vuelta de dos semanas, y luego cuando lleguen los play off igual, y eso se consigue trabajando todos los días y ayudándonos los unos a los otros”. Desde fuera “se pueden ver cosas que dentro no, ya que ahí te guías por las sensaciones y eres subjetivo, algo inconsciente, y en el banquillo se puede ser algo más analítico y aportar esa información a los compañeros”.



Habla de ‘feedback’ en lo que se puede ver como una mente de entrenador -risas-, si bien es una situación que le cuesta ver: “Llevo jugando a esto desde casi antes de andar, con cuatro o cinco años, y ese futuro ni lo pienso ahora”. La psicología deportiva sí reconoce que le atrae mucho a este estudiante de CCAFD. Por ello precisamente su análisis del triunfo en Melilla es realmente positivo: “Ellos veían que íbamos heridos y el 1-0 era un momento complicado para saber salir de estas dos derrotas, sobre todo la de Manacor, que fue un palo muy duro que no nos esperábamos ninguno, así que sí, una lectura positiva de saber reaccionar en un frente que nos pudo traer los fantasmas del otro partido, por así decirlo”.



Lo más importante es que “se supo resolver como equipo, sin perder la cabeza en ningún momento, e independientemente del juego, que no fue malo en los últimos tres sets, sacar la sensación de equipo, de saber solventar la papeleta juntos”. De igual modo hay que afrontar el choque con un UBE L’Ila Grau que “viene en línea ascendente, que ve la Copa del Rey cerca, motivado, sabiendo que si hace un buen papel luego puede ser un posible cruce, así que su metalización puede ser de ese modo, un paso previo para creérselo”. Ante esto el joven colocador tiene claro que Unicaja Almería tiene que “hacer un partido muy sólido, ser un gran equipo y continuar en la senda de ganar confianza, sin desmerecer al rival”.



De hecho, Lorente considera que Castellón “tiene grandes jugadores, lo miras y es un gran equipo también de los varios que hay con un nivel muy bueno, bastante igualados, y ante los que no te puedes relajar para nada”. No es una sorpresa que sea el equipo revelación del año. Pero hay un extra a favor de los ahorradores en esa parte mental: “Además de la derrota, el cómo se perdió, y la verdad es que ahora está esa cuenta de hacer un gran partido aquí y resarcirnos, de superar ese bache, si bien hay que ser consciente de que es una temporada que hay que saber manejar, habiendo momentos buenos, malos, peores, pero al fin de cuentas estás”. Rotundo: “Si hemos ido un poco para abajo, que sea para tomar impulso”.



No hay opción de guardar nada para la posible semifinal: “La misión sigue siendo reencontrarnos a nosotros mismos, el buen juego, las sensaciones, y que sepan que si están recuperados nuestros compañeros vamos a tener aquí a 13 guerreros que van a dejarse el alma y la cabeza y lo que haga falta en el campo, y ya está, no hay que pensar en guardar sino en nosotros para llegar lo mejor posible”. De repetirse el viernes próximo, será un partido “totalmente distinto”, como si se juega ante Melilla también será diferente al de la semana pasada: “Es una competición distinta, son equipos que sabes que como te pillen medio mal en un set, se van a venir arriba, así que hay que sacar la lectura positiva de la derrota, que por mucho que pasemos va a estar en nuestra mente y en nuestro orgullo también, siendo un buen recordatorio tener esa sensación de que en cualquier momento…”.


Lanzado el aviso y recibido el mensaje, Unicaja Almería “no va a relajarse, aunque vaya 24-10, y que cada uno piense lo que quiera, porque la verdad es que se va a llegar con ganas de demostrar mucho, de revertir la situación y, obviamente, con el hambre de ganar la Copa del Rey”. La misma ilusión comparten “Víctor Viciana o Fran Iribarne y yo, que somos los más jóvenes”, asegura, “realmente todos con más ambición si cabe”, finaliza.


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