Las razones para tomar alcohol son variadas: de carácter social (en fiestas y reuniones), culturales (para acompañar la comida), terapéuticas (para corregir la tensión) e incluso religiosas (en ritos y ofrendas). Gran parte de la población se vale del alcohol para evadir la realidad, infundirse valor o para enfrentar tensiones diarias, es decir, como una droga; y en este caso se cae en una dependencia.
Hasta no hace mucho tiempo se afirmaba que “el alcoholismo es un vicio, no una enfermedad”; no obstante, hoy en día el término de enfermedad vuelve a recuperar protagonismo a la hora de definir este problema.
El doctor Guillermo Ford, psiquiatra especialista en adicciones alega que “según la cantidad de alcohol que se consume a la semana se pueden distinguir distintos grados de riesgo”, “para hacerlo más fácil podríamos definir una unidad de bebida estándar como 10 gramos de alcohol (la cantidad que encontramos en un vaso pequeño de vino, una cerveza, media copa de coñac o similar)”
Suele resultar más fácil calcular el consumo diario en vez del consumo semanal: los hombres que bebe
habitualmente más de 4 unidades de bebida estándar diarias y las mujeres que consumen más de3 unidades por día se encuentran en niveles de riesgo.
Para ello, el doctor cuenta con distintas estrategias cuando el consumo se vuelve problemático. Para conocer de primera mano las posibles soluciones visite sus RRSS (instagram, facebook y twitter) @drguillermoford, su consulta en Paseo de Almería, 37, 5º1 llame al tlf. 722 199 710 o escriba al correo [email protected]
A pesar de que el paciente lo niegue e incluso tenga la tendencia a normalizar y disimular el consumo excesivo, comenzará a tener conflictos en los diferentes ámbitos de su vida (laboral, familiar, social) hasta que no se busque la solución.
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