El análisis y una polémica “absurda” en la portería

Todo lo que dejó el Almería-Celta más allá del resultado

Luis Maximiano debió salir en el primer gol pero hizo una gran segunda parte.
Luis Maximiano debió salir en el primer gol pero hizo una gran segunda parte. Juan Sánchez
Miguel del Pino
12:57 • 03 sept. 2023

En el fútbol siempre se puede ver la botella medio llena y no medio vacía, pero eso no quiere decir que no se tenga que analizar en profundidad las razones por las el frasco no consigue llenarse. A la hora de comentar lo sucedido en un partido de fútbol hay que analizar el rendimiento de los equipos en las dos facetas fundamentales del juego: defensa y ataque.



Frente al Celta, como en los dos anteriores compromisos, el trabajo defensivo del equipo dejó mucho que desear. Antes de entrar en otras consideraciones tengo que confesar que para mí la pesadilla de la temporada pasada continúa. Voy a tratar de explicarlo.



Estudio



"¿El valor? Se le supone", se decía en la antigua 'mili'. Pues en el caso de los entrenadores de fútbol se supone que a lo largo de los meses de preparación trabajarán con sus pupilos diferentes sistemas de juego, variados dibujos y formas de combatir las virtudes del rival y potenciar las propias.



La temporada pasada Rubi incidía en las ruedas de prensa que trababa diferentes propuestas, la realidad fue que casi siempre apostó por ‘su sistema’. Ahora resulta sospechoso que Vicente Moreno ya haya declarado su diversidad de estilos de juego, cuando esto es algo, como el valor en la milim que se le supone.



Mucho más si tenemos en cuenta que en los cuatro partidos que ha disputado el Almería siempre lo ha hecho bajo el prisma del 4-2-3-1, otros puede que existan pero no los hemos catado. Si el curso pasado con un dibujo similar al del presente fuimos el tercer equipo más goleado, en el presente vamos por los mismos derroteros. Nueve goles recibidos en cuatro partidos son números insostenibles.



Comparaciones



Aunque las comparaciones suelen ser odiosas no me retraigo a comparar la edad media de nuestros cuatro zagueros y la de los cinco defensores celestes. Los nuestros tenían una media de 22 años, la de los pupilos de Benítez fue de 25 años y 10 meses. Y en el fútbol se sabe que la experiencia es un grado y la juventud divido tesoro, para el futuro.


Para jugar en Villarreal a la vuelta del parón el entrenador podrá contar con Édgar González y César Montes, ambos con 26 años. Con ellos debe verse mejoría. De no ser así es que fallan más cosas.


Ataque

Después de analizar con detenimiento el partido del viernes he llegado a la conclusión de que el bagaje en ataque de los nuestros fue de un gran nivel. Se llegó bien al área gracias a un notable juego entre líneas que le hizo perder las referencias a los gallegos en muchas ocasiones.


En la primera mitad el guardameta visitante realizó dos paradas del máximo nivel. Ademásm Melero cabeceó en el segundo palo junto al poste en una ocasión similar a la del primer tanto visitante y Suárez, solo, cruzó en demasía el esférico. En la segunda mitad, al margen de los dos goles, Koné y Arribas erraron dos acciones en duelo directo con el portero y un gran disparo de Ramazani rozó el palo.


A más

En definitiva un balance en las acciones ofensivas dignas de un equipo de un nivel medio-alto de la Liga. En este aspecto la botella se puede ver medio llena, sobre todo si los nuestros mantienen el ritmo que impusieron cuando borraron del campo al Celta.


En cualquier caso el equipo necesita tiempo, le vendrá muy bien el parón, para acoplar a los nuevos y conseguir el mejor nivel físico y competitivo de Melero y Baptistao, dos futbolistas que vienen de superar sendas intervenciones quirúrgicas.


El portero

No quisiera finalizar sin hacer mención a Maximiano. El meta portugués acaba de aterrizar, se ha tirado un año casi en blanco y necesita la confianza y de todos para alcanzar su mejor forma. Acepto que pudo hacer algo más en el primer gol, debió salir para no permitir el remate del delantero rival, pero también realizó tres intervenciones de gran mérito. La polémica absurda de una minoría entre el meta portugués y Fernando no beneficia a ninguno de los dos y perjudica al equipo. Y eso es algo que debemos evitar. Que así sea.


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