Pues este es el nivel

Es la UD Almería que quiere la afición. La victoria contra el Rayo Vallecano sirvió para que el equipo volviera a dar el nivel que exige la Primera División. Desde la grada no se piden caños o lanzar veinte veces a puerta cada jornada, sino ir al campo a ver un once reconocible donde si no sale una buena jugada se busca la siguiente, donde si un compañero falla no se le ponen malas caras o se le recrimina. El fútbol es un estado de ánimo y si vas predispuesto a enfadarte se notará en el resultado.

Rubi no mete los goles ni los evita, pero en estos ocho partidos cuando falla se dice y cuando acierta, también. Y esta vez el entrenador fue a una apuesta segura: la experiencia.

Reconocible
Primera División no se come a nadie ni hay que salir con temor como en Bilbao. A veces querer hacer del fútbol un deporte distinto lleva a la confusión. Si a la plantilla y al responsable del banquillo se le exige es porque hay más nivel, y ese nivel que pide la categoría apareció contra el Rayo Vallecano. El 1-0 de Robertone allana el camino, el segundo de Babic hace creer del todo y el tercero de Touré es la fiesta total. Pero como a los sabios de este deporte no les gusta quedarse solo con el resultado, este Almería fue tan reconocible que ha vuelto a Primera después de cuatro encuentros para el olvido donde veía la meta rival a kilómetros y defendía cada vez peor. Esos problemas tenían una solución.

Para analizar el once del Almería primero se ha de poner en la mesa la actitud. Ni un solo reproche en los noventa minutos, Kaiky apoyando uno a uno a los compañeros en el descanso... Eso es lo que llega al corazón de los aficionados. De la alineación se pone de manifiesto que en situaciones de máximo estrés tienen que jugar los que conocen de qué va esta competición.

Un seguro
Defensa de cuatro que funcionó. Mendes no se complicó la vida y fue a lo sencillo, a lo que se le pide a un jugador de su posición; Babic y Ely colosales pese a encajar un gol; Akieme siempre saca buena nota incluso en las derrotas; y en el centro De la Hoz es imprescindible porque sabe hacer el trabajo sucio. Melero sin estar en su mejor nivel controla los ritmos de la categoría; Robertone jugó más liberado y el ataque contagió al resto. Embarba y Baptistao fueron a la guerra deportiva con el Rayo y salieron victoriosos. Si hay que bajar al barro, mancharse la camiseta y pedir el cambio por cansancio para ayudar a defender toca ponerse de pie y aplaudir. Lo mismo con Touré, que marcó y se liberó de presión.

Balance
No se pasa del blanco al negro ni viceversa. El Almería hizo un fantástico partido con el Rayo y ganó con todas las letras. Que el Rayo marcara y apretara al final queda en anécdota porque este plantel ha vuelto a sonreír y disfrutar de su profesión. Llegarán más derrotas, y también victorias, aunque con un Almería reconocible como el del sábado nadie le pondrá peros. Competir es todo. Rubi acertó. Y los jugadores cumplieron la misión.