El Almería de Turki quiere igualar los registros del ‘Magu’ y Emery

La temporada del debut de la Agrupación Deportiva Almería en Primera División con el mítico José María Maguregui a los mandos, ningún equipo de Primera pudo ganar en el entonces denominado Franco Navarro, hoy campo de Rugby Juan Rojas. Empataron a un gol Real Madrid y Barça.

Otro estreno muchos años después tuvo aquel Almería de Unai Emery que terminó octavo en la Liga y vencía por dos goles a cero a la Galaxia blanca que ganaría la competición y frenó en seco a un Barça que acababa tercero aquella temporada. Le toca a Turki.

Inolvidable

La temporada 2007-08 con ligeros retoques en el bloque de Segunda fue impresionante, y está grabada a fuego en la mente de los aficionados rojiblancos, ya que en una noche hermosa le ganaron al Real Madrid por dos a cero y en una tarde próxima a la primavera el Barça llegó a pedir la hora ante el empuje de un equipo que a balón parado te podía ganar un partido gracias a la pizarra de Juan Carlos Carcedo.

Fueron más aficionados al partido del Real Madrid porque frente al Barça asistieron exactamente 18. 605 que pasaron por los tornos del club presidido por Alfonso García Gabarrón. 

Los que fueron recordarán como el Barça se puso dos veces por delante gracias a los goles de Bojan y Samuel Eto’o pero hubo respuesta rojiblanca con goles de Pulido y Kalu Uche, gracias a la pizarra de Carcedo y a la maestría de un Miguel Ángel Corona en su plenitud futbolística.

No vino Messi

La taquilla se vio resentida porque la estrella del Barça no estuvo en Almería aquella tarde. Todas las estrellas si vinieron con un Iniesta versátil y un Xavi Hernández dándo lo mejor de su cosecha para que Eto’o sembrara el peligro cerca de la portería de Diego Alves.

El gol de Kalu Uche a cinco minutos del final puso loca a la afición almeriense que pidió más a su equipo que se lanzó a tumba abierta a por la victoria, y en una contra casi pierde ese punto que tenía sabor a triunfo.

Felipe Ortiz

Antes de cada partido los niños bajaban al campo para hacerse la foto con el club de su vida, y allí les recibía un Felipe Ortiz cercano y cariñoso que les ponía para siempre su tesoro rojiblanco en casa.

Había un protocolo que seguir para aquellas fotografías con los jugadores del Almería, que llegados los partidos grandes, alcanzaban un valor incuestionable para las familias.