Roquetas de Mar

La prostitución ‘secuestra’ un edificio turístico en Aguadulce

Las cámaras de videovigilancia del Torre Bahía captan a clientes y prostitutas

Imágenes captadas en el ascensor
Imágenes captadas en el ascensor La Voz
Javier Pajarón
22:06 • 18 jul. 2022

Recortes de prensa pegados sobre el cristal del recibidor anuncian el conflicto a los visitantes del edificio, a unos pasos del Paseo Marítimo de Aguadulce. “El Consejo de Ministros aprueba el proyecto de Ley Orgánica de garantía legal de la libertad sexual”.




La norma pretende acabar con el comercio sexual, pero ya llega tarde para los vecinos del Torre Bahía. El bloque sufre desde hace meses el alquiler y realquiler de inmuebles para el ejercicio de la prostitución y, más aún, los problemas derivados del continuo trasiego de clientes.




Los puteros llegan borrachos o drogados, tocan los porterillos, llaman a las puertas equivocadas, siembran el pánico preguntando a las vecinas sobre sus servicios y hacen colas a la espera de su turno en los pasillos. Todo esto en un lugar privilegiado, a pocos metros de la playa y en un centro residencial de Aguadulce acostumbrado a recibir cada verano a turistas desde todos los puntos del país.




“Tenemos que subir el volumen del televisor porque se escuchan los gemidos, los gritos y el lenguaje que utilizan. Ponen música de ambiente y hay señores haciendo cola en la puerta”, lamenta una vecina alarmada por la situación y cuya identidad se mantiene oculta para evitar represalias.  “Tenemos miedo. Hemos encontrado a gente mirando en nuestra puerta. Y además hay violencia. No podemos seguir soportando esto”.




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La comunidad de vecinos del Torre Bahía ha acordado adoptar medidas legales para frenar la actividad, incluyendo la solicitud de responsabilidades a los legítimos propietarios de los apartamentos.  Las pesquisas han confirmado la existencia de, al menos, nueve viviendas dedicadas a esta actividad.  Se trata de inmuebles ofertados para el arrendamiento por sus propietarios, pero realquilados presuntamente por una pareja que los gestiona. Esto es, los propietarios no sabrían, al menos hasta la alerta de la comunidad, que sus pisos acaban siendo improvisados prostíbulos.




Una recopilación de anuncios en portales de contactos acreditan el destino. En el portal ww.pasion.com pueden leerse ofertas como estas:

(3 de diciembre 2021) “Alquiler de habitación para chicas o trans escort. Zona muy tranquila, fácil aparcamientos y supermercado”.
(18 de enero 2022) “Apartamento en Aguadulce para escorts. Piso tranquilo, muy limpio y discreto (...) para señoritas discretas”.
(9 de enero 2022) “Se alquila habitación para escort para vivir o por semanas. Residencial con piscina”.

Vecinos consultados por LA VOZ DE ALMERÍA confirman que se toparon con sus viviendas ofertadas de este modo a sus espaldas. “Eran las fotos de mi aparcamiento”, relata escandalizada una mujer de avanzada edad. Los anuncios también recogen los servicios sexuales ofrecidos, con direcciones que coinciden con el mismo inmueble de Aguadulce.

Medidas



La comunidad ha recopilado un enorme volumen de información sobre el asunto, incluyendo horas de grabaciones de las cámaras de vigilancia del edificio. La filmación está en regla y anunciada nítidamente en el acceso al edificio, aún así, los clientes parecen no tener miedo a ser captados. Algunos de ellos son acompañados desde la puerta hasta la planta correspondiente por las propias mujeres prostituidas y quedan registrados en las videocámaras de los ascensores.


Además, se trata de un tipo de prostitución muy definida. “Cogen el mercado del travestismo, agotan el mercado en Aguadulce y luego se van”, explica un propietario del Torre Bahía en declaraciones a LA VOZ DE ALMERÍA.
Las cámaras han filmado a clientes que llegan con el pene fuera del pantalón, contando el dinero que van a pagar mientras suben en el ascensor o tambaleándose por efectos de las drogas o el alcohol.


El trasiego es constante, incluyendo horas donde familias con niños transitan esos pasillos. “Están todo el año, aunque van cambiando. Llegan unas y otras se van”, explica una propietaria. “Tienen música de ambiente y son muy trabajadoras. No paran. Cambian cada hora y diez minutos de servicio y tienen gente esperando en la puerta. Y cuando no tienen ningún cliente, hacen vídeos por Internet”, expone.


Asimismo se han anotado diversos destrozos que la comunidad de vecinos achaca a la aparición de puteros que rompen la puerta de acceso con el objetivo de acceder al interior y buscar a las mujeres prostituidas. El miedo a enfrentamientos y otras situaciones de violencia es notable en el Torre Bahía, donde cientos de vecinos pasan el verano.


¿Qué captan las cámaras de seguridad?

El edificio Torre Bahía está dotado de cámaras de videovigilancia que han captado con nitidez la llegada de mujeres prostituidas y sus clientes. En las filmaciones se reconocen las caras y las ropas, aunque muchos de los puteros acuden con el rostro cubierto por la mascarilla para prevenir el contagio del coronavirus. Las escenas son a menudo grotescas, con varones que revisan el dinero durante el trayecto en ascensor, que se colocan adecuadamente el cabello ante el espejo o que se revisan el pene antes de entrar.  La comunidad ha identificado las viviendas realquiladas, buena parte de ellas anunciadas en portales especializados en contactos. Además, ha acreditado gracias a las grabaciones la rotación de las prostitutas, que acceden por temporadas con equipajes y se asientan en los inmuebles durante días o semanas. El bloque está situado cerca del Paseo Marítimo de Aguadulce y los pisos superiores tienen vistas al mar. Esto, unido a la disponibilidad de plazas de aparcamientos en los alrededores, hace que sean inmuebles con una alta demanda en temporada turística. Los clientes aparcan en las inmediaciones y suben a los aparcamientos con total impunidad.



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