Huécija

Huécija despide en silencio, con dolor y respeto al pequeño Marcos

Cientos de vecinos acompañan a la familia en el funeral, oficiado por el vicario general

Niños amigos del fallecido portan flores tras el ataúd, camino de la iglesia.
Niños amigos del fallecido portan flores tras el ataúd, camino de la iglesia. M.C.
M.C.
22:07 • 03 ago. 2021

Son cerca de las siete de una tarde no demasiado calurosa en Huécija, que cualquier otro día incluso podría resultar agradable. “Cerca de 200 niños, muchos hijos de emigrantes a Cataluña, suelen corretear a estas horas por la plaza”, dice un veterano vecino. Aunque su cálculo nos parece exagerado, lo cierto es que a las siete de esta tarde esa alegría infantil ya tan extraña en los envejecidos pueblos de la Alpujarra ha dado paso al silencio, a la tristeza y al llanto



Más de media hora antes de la hora prevista para el funeral del pequeño Marcos Mohedano Ramírez, de solo 12 años, cientos de vecinos se concentran ya en silencio a las puertas del tanatorio de la localidad para darle el último adiós. El niño cayó fulminado en el polideportivo municipal cuando jugaba al fútbol con sus amigos la tarde del lunes



“Quedó desvanecido y no se pudo hacer nada por él”, explica un amigo de la madre, Dori Ramírez. Lógicamente, ni él ni nadie quiere ni puede dar muchas explicaciones sobre un hecho tan trágico en el pueblo



Hoy, el polideportivo está cerrado y solitario, bajo el monte de los Muertos y el cementerio, donde a esta hora ya descansa el cuerpo de Marcos.



Partida



Frente al monte del Calvario, los vecinos se preparan para partir hacia el imponente Convento de los Agustinos, uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca de la provincia de Almería. Dos coches fúnebres se colocan frente a la entrada del tanatorio para cargar las decenas de coronas de flores enviadas desde toda Almería, entre ellas del club del sus amores, la UD Almería, del que era socio. Este martes, precisamente, debía renovar su carné.



Los dos coches viajan cargados de flores camino de la parroquia mientras el ataúd con los restos de Marcos es portado a hombros por su padre, Conrado Mohedano, un conocido costalero y capataz de la capital,  y otros siete familiares



Pasos atrás caminan una decena de niños, amigos del fallecido, de aproximadamente su edad, que llevan también ramos de flores, junto a Dori, la madre, acompañada de una hermana y de la abuela del pequeño.


Tras ellos les acompaña en silencio, como muestra de respeto y dolor, prácticamente todo el pueblo. No en vano, la familia materna del pequeño es muy extensa y conocida en Huécija. Su abuelo ha regentado toda la vida el café bar El Chato, y su tío, Juan José Ramírez, ha sido muchos años alcalde por el Partido Socialista. Él y su hermana Dori, la madre de Marcos, trabajan ahora en una conocida empresa de la industria auxiliar de la agricultura de la zona, nos explican entre susurros sus vecinos. 


El funeral

La comitiva fúnebre sube la calle Cristóbal Díaz Rodríguez para alcanzar la Plaza del Convento, donde la madre, tía y abuela no pueden reprimir el llanto, justo antes de entrar al templo. 


El funeral es oficiado conjuntamente por Ignacio López, nuevo vicario general de Almería, y por don Francisco, el párroco local. López, quien fue precisamente el sacerdote que bautizó a Marcos y a su hermano mellizo Pablo, ofreció unas emotivas palabras a los asistentes y a sus familiares, a los que conoce bien desde hace muchos años.




La muerte de un niño es un momento difícil que no tiene explicación, yo tampoco puedo ofrecerla”, dijo Ignacio López, aunque añadió que era también tiempo de “dar las gracias por la vida de Marcos, por todo lo que ha dejado, por su cariño, su bondad, su inteligencia, y tantas otras cosas buenas que le han adornado… y también es momento de dar gracias a Dios porque esto no acaba aquí, porque la muerte no puede ser la última palabra, hay que seguir luchando, ofreciendo mucho amor”.


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