Vueling deja “desamparados” a viajeros almerienses en Barcelona

“Han dejado sin comer a tres bebés”, asegura un afectado por el retraso del vuelo a Almería

Pasajeros en uno de los autobuses en la pista del Aeropuerto Barcelona-El Prat.
Pasajeros en uno de los autobuses en la pista del Aeropuerto Barcelona-El Prat.
Francisco G. Luque
15:38 • 09 oct. 2023 / actualizado a las 15:41 • 09 oct. 2023

El vuelo VY1251 Barcelona-Almería, cuya salida estaba prevista para la mañana de este lunes a las 11:30 horas desde el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, no ha despegado todavía de tierras catalanas y sus pasajeros, la mayoría naturales del lugar de destino, siguen a la espera de que la compañía Vueling les confirme a qué hora podrán volar hasta tierras almerienses.



Un viaje que dura poco más de una hora y media ha pasado a convertirse en toda una odisea que se alarga ya más de cuatro horas para decenas de personas. Antes de la hora prevista del despegue se avisó a los pasajeros de un retraso. Una vez reprogramada la salida, se procedió al embarque y el avión llegó a salir a pista, aunque al arrancar motores el piloto notó que algo no iba bien y decidió suspender la maniobra. "Cuando estábamos en el avión y vimos que se bajó hasta el comandante junto a los mecánicos que estaban rodeando el avión, sabía que no era una simple revisión", asegura Juan Jesús Lara, almeriense que viajaba con su familia.



Al parecer una avería provocó que el capitán tomara la decisión de no despegar. Así lo hizo saber por la megafonía a todos los pasajeros, según confirma a La Voz de Almería el director general de CASI, que se encontraba en dicho vuelo: "Dijo que habían detectado una anomalía en el avión y su prioridad era la seguridad de los pasajeros. En estas condiciones no se veía con la confianza necesaria para iniciar el vuelo".






La aeronave permaneció casi una hora parada con los pasajeros dentro. Tuvieron que esperar la llegada de un autobús para que los recogiera en la pista y los llevara nuevamente hacia la terminal. Y allí comenzó la incertidumbre total. "Nos bajaron del avión sin dejarnos coger los carritos ni la comida de los niños. Tenemos todo facturado y no sabemos nada, ni a la hora que podremos volver a casa ni dónde están nuestras cosas", detalla Juan Jesús Lara, que ha tenido que salir del aeropuerto para ir a una farmacia y comprar alimento para los bebés.  



Con los críos en brazos, el tiempo pasaba y los pasajeros seguían sin saber nada. Lara se ha visto obligado a ausentarse de la actividad profesional que tenía prevista para primera hora de esta tarde al encontrarse todavía, junto a varias decenas de personas, dando vueltas en un autobús por el Aeropuerto Barcelona-El Prat mientras se les asigna un nuevo avión.




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