Los alféreces que nacieron de la guerra

En 1959 se constituyó la Hermandad de Alféreces Provisionales de Almería con excombatientes

En el centro, con traje oscuro, Antonio Moreno Martín, que desde 1962 fue presidente de la Hermandad de Alféreces de Almería.
En el centro, con traje oscuro, Antonio Moreno Martín, que desde 1962 fue presidente de la Hermandad de Alféreces de Almería.
Eduardo de Vicente
21:03 • 09 jun. 2021 / actualizado a las 07:00 • 10 jun. 2021

Los alféreces provisionales eran militares exprés que nacieron de las urgencias de la guerra civil, cuando para suplir la escasez de oficiales, el bando franquista puso en marcha una academia para transformar a jóvenes en militares en un tiempo récord.



El general Orgaz organizó desde septiembre de 1936 las academias de alféreces provisionales, por la que llegaron a pasar más de veinte mil jóvenes españoles, a los que se les exigía tener dieciocho años cumplidos y el título de bachiller. Muchos dejaron las aulas para coger las armas y pasar a engrosar las filas del llamado ejército nacional durante la contienda.



La idea, cuando se creó este rango militar, era que ostentarán la graduación hasta que terminara la guerra, pero en consideración con aquellos adolescentes que en su día habían apostado tan fuerte por el ejército, el Estado Mayor organizó, desde 1939, unos cursos que se denominaron de ‘transformación’, en las academias de Zaragoza y Guadalajara, en donde tras un examen de ingreso y dos años de estudios, los alféreces provisionales se convirtieron en efectivos



Entre los más de dos mil jóvenes que tomaron parte en la guerra civil como alféreces provisionales hubo un grupo de almerienses, voluntarios que en los primeros meses de la contienda se cambiaron de frente para huir de la zona republicana y buscar refugio, mayoritariamente, en Granada, donde los sublevados habían triunfado desde las primeras semanas del alzamiento. 



Veinte años después de terminar la guerra, aquellos oficiales exprés decidieron asociarse, creando la Hermandad de Alféreces Provisionales de Almería, que quedó constituida de forma oficial el domingo 26 de abril de 1959. La primera junta directiva estuvo formada por: Luis Romero Cabrera, como presidente; Francisco Muñoz Fernández y Julio Acosta Gallardo, como vicepresidentes, y Francisco Granados Sánchez y José Parra Marín como secretarios. 



Desde su constitución, los miembros de la hermandad mantuvieron una actitud activa y participativa. Estaban en casi todos los actos sociales y militares que se organizaban en la ciudad, lo mismo en un desfile de las fuerzas armadas para celebrar el aniversario de ‘la Victoria’, que en la procesión del Corpus o en una exposición de pintura, o en un concierto de piano. Todos los años organizaban su asamblea y en diciembre acudían a la iglesia del Corazón de Jesús para compartir una salve.



Entre los nombres que formaron parte de la Hermandad de Alféreces Provisionales destacó el de Antonio Moreno Martín, el célebre humanista y bibliófilo, que llegó a ser concejal y presidente de la Junta de Obras del Puerto, entre otros muchos cargos.



Moreno Martín fue elegido presidente de la hermandad en la asamblea de mayo de 1962, encabezando una directiva donde también figuraba como vocal Emilio Pérez Manzuco, que había sido alcalde de la ciudad. En aquella directiva figuraban: Emilio Ibáñez Fernández, Alfredo Ortiz Requena, Francisco Granados Sánchez, Pascual Pérez Martínez, Enrique Estevez, Fermín Enciso, Julio Acosta, José Parra y Enrique Bernardó.


Cuando fue nombrado presidente de la hermandad, Antonio Moreno Martín ostentaba el rango de capitán del cuerpo de Artillería en situación de primera reserva. Él fue uno de aquellos jóvenes que se alistaron en el bando nacional, realizando el curso de alféreces en Granada, su tierra natal. En marzo de 1939 entró en Almería con las primeras unidades del ejército franquista, al mando de una centuria de la sexta bandera de la Falange Española Tradicionalista de Granada


Estaba en posesión de la medalla de la vieja guardia, de la medalla de campaña, de dos cruces rojas del mérito militar y una cruz de guerra. Unos meses después de terminar la guerra, Moreno Martín realizó los cursos de transformación de oficiales y fue ascendido a oficial efectivo de Artillería, pasando a la reserva en 1953. En uno de los viajes que hizo a Madrid con motivo de las reuniones de las hermandades de alféreces de España, Antonio Moreno fue recibido por el Caudillo.



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