En casa - Día 49

“Me debato entre raparme el cráneo, segar mi cabellera al dos o al tres, o dejarlo como está”

"Me coge más a mano el del cabello, que ahora viene al pelo con la apertura de las peluquerías".
"Me coge más a mano el del cabello, que ahora viene al pelo con la apertura de las peluquerías". Pixabay
Ricardo Alba
23:33 • 04 may. 2020

Llevo días de navegación en el velero de la duda. ¿A estribor, a babor? ¿Al este, según la ministra? Recito el monólogo de Hamlet (acto III, escena 1) que empieza con el célebre verso "Ser o no ser, ésta es la cuestión". Mis dilemas son menos trascendentes. Me coge más a mano el del cabello, que ahora viene al pelo con la apertura de las peluquerías. Me debato entre si raparme el cráneo, segar mi cabellera al dos o al tres, o dejarlo como está. Y ahí ando. Cosas del confinamiento.



Me asalta otra incertidumbre, esta de más complejidad. Ocurre cuando me siento a ver las noticias de las nueve de la noche en cualquier cadena de televisión. No, la pública, no. Todo telediario que se precie, entrevista a uno o dos científicos españoles que trabajan, investigan…, en prestigiosas universidades, en importantes hospitales, en acreditados laboratorios europeos o norteamericanos. Y me pregunto: ¿porqué tenemos tanto talento en el extranjero, porqué no están en España? Y ahí ando. Cosas del confinamiento.



Para este año 2020 me había hecho tres propósitos: participar en el descenso del Sella en piragua, caminar varias etapas del Camino de Santiago y, a fin de año, correr la San Silvestre vallecana. Tres objetivos bien simples. Me pregunto cuántos miles de esenciales proyectos empresariales, culturales, turísticos, de vida, en definitiva, se habrán quebrado con esta pandemia. Y ahí ando. Cosas del confinamiento.



Esta mañana, desde mi ventana, he visto gente conocida. Iban al trabajo algunos, otros a sus negocios de comida para llevar y así varios más. Como todos llevaban puesta la mascarilla los he reconocido por el gesto de saludo, por la voz. El distanciamiento, el cruce de resignadas miradas, no sé, me parecía estar viendo una película de dibujos animados. Me quedo un rato más asomado a la ventana Y ahí ando. Cosas del confinamiento.



Al ver cómo toman la temperatura con ese aparatito que parece una pistola, me digo a mí mismo si no existirá un dispositivo que mida el coeficiente intelectual, la inteligencia emocional, la autoconciencia, el lenguaje, la capacidad de razonar. Conste que no lo digo por nadie en particular, ni por un grupo en general, no vayamos a… Es sencilla curiosidad. No sé, podría adquirir la condición de ‘sine qua non’ para el desempeño de ciertas tareas. Y ahí ando. Cosas del confinamiento.



No me quedará espacio suficiente para escribir acerca de un estudio que predice cuando finalizará la pandemia país por país. Naturalmente, hay que tomarlo con todas las reservas, cautelas, amén de las legítimas reticencias. Bueno, va, venga, es un estudio de la Universidad de Singapur. Según sus pronósticos, en España terminará la pandemia a primeros del próximo mes de agosto. Repito, estudio predictivo de la Universidad de Singapur, no me reclamen si no es así. Lo que sí parece afianzarse es el descenso de fallecimientos en España por Covid-19. Ojalá continúe la tendencia que ya está bien. En el entretanto, yo, sin dudarlo, me quedo en casa





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