Los presidentes de la Diputación de Almería, de la A a la Z

Aquel año llovieron pasquines del cielo de Berja. Una avioneta lo surcó y octavillas con los colores de la bandera republicana volaron sobre los vecinos, entre temerosos y expectantes. “Vuestro paisano, el radical socialista Julio Redondo Godoy, presidente de Diputación, os saluda desde los aires. ¡Viva la República!”, decían los papeles.

De esta excéntrica manera comunicó a sus paisanos Julio Redondo Godoy que había sido elegido presidente de la Diputación de Almería. Fue su primera decisión. Corría 1932. Segunda República Española. Apenas duraría unos meses en el cargo.

47 años después -y también solo por unos meses-, Ángela Cuenca Lorca se convertiría en la primera y, de momento, única mujer al frente de la institución provincial.  Independiente y, quizá por ello, soltera. O al revés. Sabía escuchar. La llamaban la señorita Ángela. Fue también la primera diputada provincial de Almería. E  hizo mucho por las mujeres.

Su paso por el poder fue, sin embargo, circunstancial. Testimonial. Tras las elecciones de 1979, las primeras de la democracia, fue desplazada, relegada y diluida. Por ese orden. Acabó muriendo en un accidente de tráfico en 1991. “Era tía del subdelegado del Gobierno, Andrés García Lorca, de hecho, hay quien dice que ejerció gran influencia sobre él”, explica María Sande.

La investigadora gallega ultima el ensayo ‘Diputación: Historia y presidentes’, cuya publicación está prevista para el próximo mes de marzo. Un libro que reconstruye el pasado de la institución almeriense a través de pequeñas semblanzas del centenar de personas que la han liderado, desde 1871 con Pedro Pablo de Párraga hasta la actualidad con Gabriel Amat.

“Aunque la división de provincias es de 1833, algunas diputaciones como la de Almería tardaron algo más en crearse; en concreto, ésta data de 1835. Al principio era el gobernador civil el que ejercía las funciones de presidente y no es hasta 1871 cuando se establece que tenga uno efectivo elegido entre todos los miembros del pleno y para todas las sesiones”, señala en una entrevista.

De hecho, esta historia de presidentes provinciales se enmarca en un proyecto editorial más amplio. Porque Sande ha elaborado un segundo volumen, que tardará algo más en ver la luz, dedicado a los gobernadores civiles de Almería.

Si escribir la biografía de estos personajes ha sido encajar un puzzle con piezas perdidas en archivos, hemerotecas de prensa histórica y entrevistas a descendientes,  la gran aportación del título es una galería fotográfica como no hay otra en España. 44 retratos que la investigadora ha reunido buscando a lo largo de tres provincias tras contactar hasta con vecinos de aquellos hombres y aquella mujer.

“Diputación está interesadísima en la galería, sería genial hacer un homenaje bonito con ella en el Palacio provincial; no hay fotos de todos, claro, porque de algunos ha sido imposible, pero realmente no hay otra institución con este archivo en todo el país”, argumenta.

La obra, que incluye un contexto histórico y galerías de las corporaciones provinciales desde 1979, se detiene en el lado humano de sus protagonistas. Aspecto que Sande ha tratado de desentrañar encargando incluso un estudio grafológico. Su presentación reunirá a buena parte de los descendientes de este grupo de personas que trató de hacer de Almería un lugar mejor.

Casos curiosos
Durante un breve periodo de 1936, hubo quien propuso trasladar la sede de Diputación a Tíjola. No porque este municipio hubiese cobrado un especial significado. Más bien porque el entonces presidente, Juan Suárez Saavedra, pasaba en su pueblo más tiempo de lo aconsejable. Y no es de extrañar porque cuando iba, era recibido con todos los honores.

No le duró mucho el cuento, y no porque se pasase, que pasarse se pasó, sino porque en ese ‘annus horribilis’ en que estalló la guerra desfilaron por el edificio de la calle Navarro Rodrigo hasta cuatro presidentes: José Guirado, el tal Juan Suárez, Francisco Callejón y Juan Carretero.

Y hablando de José Guirado, ejemplifica una práctica habitual en la época: la de que una sola familia extendiese su red de poder a lo largo y ancho de la provincia. Con primos alcaldes de otros municipios.

No es nada comparado con lo de Justo Tovar, que estuvo al frente de la institución en dos etapas a finales del siglo XIX y llegó a controlar Diputación, el Ayuntamiento de Almería y la Autoridad Portuaria a través de los matrimonios que concertaba para sus hijas. “Las casaba con hombres de buena posición vinculados a la política: una con el alcalde, otra con el gobernador civil, otra con el presidente de la Autoridad Portuaria, otra con el de la Cámara de Comercio. Y los nietos siguieron la misma tónica”, indica Sande.

De entre todos los presidentes hay uno que gobernó hasta en cuatro etapas entre 1903 y 1930: Andrés Cassinello y García, también parte de una larga saga que ha ocupado puestos clave de la ciudad.

Masones como Francisco Callejón y un tío de la escritora y periodista Carmen de Burgos, Agustín de Burgos, ostentaron asimismo la presidencia de Diputación, que antes de ocupar su sede actual pasó por las calles Jovellanos, Conde Ofalia y Gerona.

Una última curiosidad, algunos de estos hombres de pro poseían periódicos que utilizaban como medios de propaganda. Así, Julián Giménez Asensio era dueño de ‘El Ideario’ y Juan Carretero Tonda, del diario republicano ‘La Voz’.

Una investigadora itinerante
La investigadora María Sande (A Coruña, 1971) trabaja en toda España. Cambia de ciudad en función de su objeto de estudio. Aquí, en la provincia de Almería, es autora de ‘Serón y sus alcaldes’. Su próximo proyecto es ‘Diputación: Historia y presidentes’, que ya cuenta con el respaldo de la institución provincial. Pero para que el libro vea la luz, necesita de nuevos apoyos.

Consulta la galería fotográfica de presidentes en la edición impresa.