El sacerdote de una parroquia de la capital abonó 50.000 euros para evitar una denuncia por abusos sexuales a un adolescente de 16 años de edad, según unas diligencias del Juzgado de Instrucción número Tres de Almería.
El párroco denunció hace un mes una presunta extorsión continuada de la madre del muchacho y, aunque negó las relaciones íntimas con el menor, acreditó pagos periódicos desde finales del año 2015 para “evitar problemas”.
El episodio se gestó hace dos años, según la investigación de la Policía Judicial. El chico frecuentaba una iglesia de la capital y buscaba limosna entre los feligreses a las puertas del templo. Tenía problemas económicos y familiares y un arresto en su expediente por un robo con fuerza.
Ambos comenzaron a coincidir en la iglesia. Según la versión del sacerdote, se interesó por su estado, ofreció unas monedas y conversó con el muchacho en varias ocasiones, siempre sin intereses espurios.
La relación avanzó. El cura ofreció unas ropas e, incluso, el aseo de la casa parroquial donde reside para que el muchacho pudiese ducharse y adecentarse. Entonces se desató una compleja trama de acusaciones y presiones culminada ahora con dos detenciones.
Según la denuncia, la madre del entonces menor de edad acudió a esta iglesia de Almería y amenazó al sacerdote con una denuncia por abusos sexuales.
La mujer, una treinteañera residente en la capital, lamentaba que ambos pasaran demasiado tiempo juntos, algo inapropiado para un menor de edad, y exigió una importante cantidad de dinero a cambio de renunciar a las acciones legales contra el párroco.
Las presiones
El hombre siempre negó cualquier contacto personal con el adolescente y aseguró que “pensaba que era mayor de edad”. Sin embargo, comenzó a efectuar los pagos indicados.
Las cantidades se entregaron en efectivo y obligaron a realizar un importante esfuerzo al sacerdote, con recursos y un patrimonio limitados para las altas exigencias de su interlocutora.
Primero aportó presuntamente 350 euros para sufragar el alquiler de una vivienda y 1.000 euros para satisfacer una deuda contraída por la mujer. Luego importes distintos durante dos años de supuesta extorsión hasta superar un montante total de 50.000 euros.
Entonces la situación se volvió insostenible. Del arrendamiento de un inmueble pasó a la compra de una propiedad en su país de origen. La ahora detenida incrementó la intensidad y, durante un encuentro en la propia parroquia capitalina, reclamó más dinero para hacer frente a un viaje familiar. Fue la gota que colmó el vaso de la paciencia.
El cura acudió a la Comisaría Provincial de la Policía Nacional en Almería asfixiado por la presión de peticiones constantes y las amenazas del propio joven, ahora con 18 años de edad.
El Grupo IV de la Policía Judicial arrestó a madre e hijo por un presunto delito de extorsión y los presentó en el Juzgado de Instrucción número Tres de Almería, en funciones de guardia. Ninguno de los dos prestó declaración en sede policial y, por tanto, el caso pasó a manos de la autoridad judicial.
Un préstamo
Los dos investigados han rechazado las supuestas coacciones al sacerdote. Ahora bien, la mujer afirmó que los pagos eran un préstamo personal para ayudarles en su delicada situación económica y que pensaba devolver el dinero cuando encontrara un trabajo que permitiera contar con ingresos.
Además, la arrestada negó durante su declaración haber recibido una cuantía tan elevada del cura, solo “cantidades de 20 ó 50 euros” ocasionalmente como un préstamo.
No ha habido, en ningún caso, diligencias abiertas contra el párroco por este episodio. El denunciante recibió trato de víctima y no consta ninguna acusación de los detenidos.
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