La historia de Marhaba, el restaurante marroquí más famoso de Almería
María Guernoun, la emprendedora que trajo los sabores de Marruecos al corazón de la provincia

María Guernoun, dueña del Restaurante Marhaba, situado en la calle Antonio Cano, 28.
Cuando María Guernoun llegó a España hace 24 años, la cocina no estaba en sus planes. Nació en Marruecos y vino con la intención de terminar su carrera en Literatura Española, pero la vida la llevó por caminos inesperados. Hoy, su restaurante, Marhaba, que en árabe significa "bienvenido", es un referente de la gastronomía marroquí en Almería, un rincón donde cada plato esconde una historia y cada cliente se convierte en parte de una familia.
"Vine realmente para estudiar", recuerda María. Se trasladó con su familia a Sevilla para continuar sus estudios que había comenzado en la Universidad de Tánger. Sin embargo, con el tiempo descubrió que su pasión no estaba en las letras, sino en el mundo de la estética. Estudió dos años y trabajó en salones de belleza, pero tampoco era lo suyo. Su búsqueda de estabilidad la llevó a trabajar cinco años como dependienta en El Corte Inglés de Puerto Banús, en Marbella. Fue allí donde conoció a su marido y, sin saberlo, donde empezaría a forjar su futuro entre fogones.
Un descubrimiento inesperado
A diferencia de muchas cocineras, María no creció entre recetas y especias. "En Marruecos no cocinaba", confiesa con una sonrisa. Su interés por la cocina surgió tras casarse, cuando comenzó a experimentar con recetas que veía en la televisión. "Me influyó muchísimo Karlos Arguiñano. Apuntaba sus recetas, iba al supermercado, compraba los ingredientes y al día siguiente las preparaba", explica.
Su marido fue el primero en notar su talento: "Me decía: ‘Esto no es de alguien que no sabe cocinar’". Así empezó su curiosidad por la gastronomía y, poco a poco, fue perfeccionando técnicas con la ayuda de su familia. “Cuando iba a Marruecos en verano, buscaba a mi tía, que cocinaba muy bien. Me preparaba con mi libreta y le pedía que hiciéramos juntas harira, couscous, pastela… También aprendí mucho de mi suegra”, añade.
María decidió entonces formalizar su aprendizaje y se matriculó en un grado superior de cocina. Durante dos años, mientras sus hijos estaban en la guardería, se formó en la profesión que cambiaría su vida. Hizo prácticas en un restaurante y, más tarde, pasó por varios establecimientos. Pero la crisis de 2008 la obligó a replantearse el futuro.
El nacimiento del Restaurante Marhaba
Los problemas en la hostelería eran evidentes: impagos, contratos inestables… "Me cabreé. Dije: ‘Paso de trabajar gratis, voy a montar algo mío’. Si es poco para mí, lo disfruto yo; si es mucho, lo comparto con mi gente", afirma. Con el apoyo de su marido, que es ingeniero, diseñaron y levantaron desde cero lo que hoy es el Restaurante Marhaba.
El inicio no fue fácil. Almería es una ciudad de tapas y introducir una gastronomía tan diferente no era tarea sencilla. "Estuve a punto de poner tapas en la carta, menos mal que no lo hice", recuerda entre risas. Pero el boca a boca entre la gente hizo su trabajo: "Al principio costó, pero poco a poco la gente fue conociéndonos. Clientes que venían un día traían a sus amigos la semana siguiente. Nos conocen a nosotros y a nuestra cocina".
Hoy, después de nueve años, Marhaba es un restaurante familiar en el sentido más literal. "Hay parejas que se conocieron aquí, se casaron, tuvieron hijos y ahora los niños entran hasta la cocina pidiéndome pan", dice con orgullo. Además, es un punto de encuentro para viajeros que cada año repiten su visita. “Hay paisanos que viven en Alemania y Holanda que, cuando van a Marruecos o vuelven a Europa, hacen parada obligatoria en el restaurante. Es emocionante verlos crecer y saber que nos recuerdan”.
Una cocina auténtica y en constante evolución
Si hay algo que distingue a Marhaba es la fidelidad a la gastronomía tradicional marroquí. “Lo que ofrecemos es una cocina 100% auténtica. No es fusión, son recetas originales con sus sabores y especias, aunque adaptadas ligeramente al paladar local”, explica María.
Entre los platos más demandados están el tajine de cordero, la pastela de pollo y los couscous en todas sus variedades: de verduras, cordero, ternera, pollo e incluso el couscous imperial. Sin embargo, la carta no es estática. “Me gusta rescatar platos antiguos, como el sefa de pollo, que añadimos hace poco, y renovar postres tradicionales reduciendo la cantidad de azúcar para equilibrar los sabores", relata.
El esfuerzo ha tenido su recompensa. En 2024, el Restaurante Marhaba recibió un solete de la Guía Repsol, un reconocimiento que los sitúa entre los mejores restaurantes de Almería. “Estamos súper agradecidos. Con esto me conformo: seguir en la misma línea o, si es posible, mejorar un poco más.”
Nuevos horizontes
María sigue con la misma energía con la que empezó, pero ahora con nuevos sueños: "Siempre he tenido dos metas: tener mi propio restaurante y dedicarme a la enseñanza”. Actualmente, se está preparando para opositar y espera poder compaginar ambas pasiones.
Mientras tanto, Marhaba sigue siendo ese pequeño rincón donde cada plato tiene historia y cada cliente, un lugar en la familia.