La Brigada de la Legión 'Rey Alfonso XIII', II  ha conmemorado este sábado día 20 de septiembre, el 105 aniversario fundacional de la Legión Española con una jornada de puertas abiertas en la Base Álvarez de Sotomayor, en Viator. El acto central, presidido por el Teniente General Carlos Melero Claudio, Jefe de la Fuerza Terrestre, ha congregado a numerosas autoridades civiles y militares, entre los que se encontraban la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, Consejeros y delegados de la Junta de Andalucía, y el alcalde Viator Manuel Jesús Flores y el General de Brigada José Agustín Carreras Postigo, jefe de los legionarios de Almería, como anfitriones.

La celebración ha incluido visitas a la sala museística, exposiciones de material, exhibiciones y una retreta militar, para culminar con una solemne parada en la que participaron todas las unidades legionarias con base en Viator. Durante la ceremonia, se entronizó el Cristo de la Buena Muerte, se incorporó la Enseña Nacional y se rindieron honores a los caídos.

A las 10:00h las barreras de entrada de la base se alzaban para recibir a las más de cinco mil personas que han ocupado las gradas en el patio de armas de Álvarez de Sotomayor, bajo un sol implacable que parecía querer sumarse a la solemnidad de la jornada. A las doce en punto, el toque de corneta rompió el murmullo y dio inicio a la liturgia legionaria. En la plaza de armas, los gastadores condujeron al Cristo de la Buena Muerte hasta su lugar de honor; la enseña nacional entró en la explanada escoltada por el aplauso unánime del público, mientras el silencio reverencial se apoderaba de la formación.

En uno de los momentos más institucionales de la jornada, se procedió a la renovación del Juramento a la Bandera del personal que pasa a la situación de reserva, así como a la entrega de los títulos de Legionario de Honor, becas y premios de cofradías y hermandades, además de la imposición de condecoraciones a militares y civiles. Un rito que mezcla lo castrense y lo humano, el reconocimiento al servicio y la memoria de los que se van.

El momento más emotivo llegó con el homenaje a los caídos. Silencio, corneta, fusiles al cielo. Y después, el canto: 'El novio de la muerte', entonado primero por los legionarios y luego, casi en procesión colectiva. Aún resonaban las últimas notas cuando la formación legionaria entonaron el himno Tercios heroicos y la posterior Canción del legionario, otro instante de comunión entre la tropa y los espectadores.

Los asistentes pudieron, además, recorrer la sala museística y contemplar de cerca los vehículos y equipos motorizados de la Brigada, en una exhibición abierta que permitió a mayores y pequeños descubrir la historia y el presente de la Legión. Los pasillos del museo se llenaron de curiosidad, fotografías y preguntas, como si cada vitrina contara su propia batalla.

El general jefe de la BRILEG, José Agustín Carreras Postigo, dirigió unas palabras a los presentes. “Quiero incidir sobre una palabra: compromiso. Ha sido el sello invisible que modela el alma y el corazón del legionario. La tradición se hereda y se vive. El compromiso no ha de ser negociable, ha de ser absoluto. Ser legionario es una forma de vida que nos exige estar preparados para lo incierto, nos exige lealtad sin fisuras, entrega sin condiciones”, pronunció con voz firme. El general agradeció la presencia de las autoridades y dio la bienvenida a los representantes de la Legión Extranjera Francesa, invitada de honor en la celebración.

Como broche final, la Brigada desfiló ante la tribuna de autoridades. Primero las unidades a pie, luego las motorizadas, en un espectáculo que arrancó vítores y saludos desde las gradas. El Teniente General Melero Claudio felicitó a la tropa por el impecable desarrollo de la parada ante la tropa y los coloridos guiones y banderines. Acto seguido, las filas se rompieron y los legionarios, junto a sus familias, se dirigieron a las casetas instaladas en la base para prolongar la celebración en un ambiente más distendido.

La Brigada Alfonso XIII venía de recibir el día anterior el Escudo de Oro de la Ciudad de Almería, un gesto que el General Carreras destacó como símbolo del vínculo entre la Legión y la tierra que la acoge desde hace más de medio siglo.