No me compraría un coche amarillo como no me he puesto jamás una prenda de ese color para hacer radio o televisión. Lo más parecido fue una camisa de Marín Rosa que el dependiente me tuvo que explicar que no era amarillo en los tiempos de Localia Televisión.

A lo que vamos, que el amarillo no da buena suerte, al menos a mí. Nunca. Me ha gustado siempre que los porteros rivales vayan de este color y nunca el del Almería: para que no tenga buena suerte.

Son manías de viejo pero cuando Carlos Miralles dijo al Carrusel Deportivo que el Almería vestiría de azul me acordé de la camiseta del escapulario blanco sobre fondo azul en los tiempos de Francisco. Nos daba suerte.

Tengo grabado en la memoria aquella victoria de azul en Mestalla, la primera victoria de la era Francisco. No vistió de amarillo que yo me acuerde aquella temporada y ¡Salvados!

Nunca se debió quitar del vestuario rojiblanco aquella camiseta del escapulario blanco sobre fondo azul pero las modas de ahora nos vistieron al equipo de amarillo y así nos ha ido fuera de casa salvo contadas excepciones.

Me tomarán por loco pero el amarillo no me gusta y el estreno en la jornada 32 de la tercera equipación nos ha traído mucha suerte con un gol de Uche que nos da la vida.

El azul siempre ha estado presente en las camisetas y en los pantalones de los Almerías desde comienzos del pasado siglo mientras que el amarillo ha llegado con la moda.

La camiseta del escapulario nos dio la vida con Francisco en Primera División y con Ramis la primera en la frente ya que se han ganado tres puntos y la vida para diez jornadas que quedan.

Mi color siempre es rojiblanco pero si hay que cambiar que me vistan al equipo de azul o con la franja color rosa sobre fondo negro de la pasada temporada. En ella nos salvamos en Córdoba.

Amarillo: corre, corre que te pillo.