- JORGE DE ABAJO BEDMAR
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- 19.03.2023
Tras sufrir en nuestras carnes la precarización de la atención primaria, ya debilitada desde la crisis o estafa bancaria del 2008, hemos recibido varias noticias que evidencian el inicio del hundimiento de la sanidad pública por parte del gobierno de Moreno Bonilla - siguiendo de este modo los pasos privatizadores de su compañera madrileña-. Por ejemplo, la Junta de Andalucía reconoce que su Consejería de Salud pagó 13 millones de euros a un grupo empresarial en contratos opacos (usando la “vía de emergencia”). La última puñalada ha sido la orden autonómica emitida hace unas semanas sobre “conciertos y convenios de colaboración de sujetos privados en la prestación del servicio sanitario público”, es decir, un eufemismo de privatización. Pese a reconocer la gran valía de nuestro sistema público en esta pandemia, vamos teniendo menos sanitarios y con más sobrecarga laboral. Por ello, quiero dejar claro que nuestra sanidad no es un negocio, es un derecho, y debemos manifestarnos el 25M.