Garantías Rodrigo Rato

Kayros
01:00 • 02 oct. 2015

Al parecer con este breve apunte de caja Argentaria condonó la cantidad de 312.000 euros a Rodrigo Raro, a la sazón vicepresidente económico del Gobierno de Aznar. Capitalismo de amiguetes se llama esta figura porque no en vano el presidente del banco había sido nombrado  previamente por el ministro. Han pasados mucho años y ahora vemos al ciudadano Rato imputado, huidizo, de juzgado en juzgado y caminando receloso por Madrid entre gritos de  preferentistas que se sienten  estafados por Bankia. “Si transit gloria mundi”.
Contaré, si me permiten, una anécdota personal. Cuando compré mi primer piso fui a una entidad bancaria para solicitar un préstamo. Me recibió el director. Después de contarle con pelos y señales mi oficio, mi sueldo y mi empresa, el jefe de la pasta dio muestras de no enterarse de nada. Volví a repetirle por tres veces el mismo cuento y, al final, el director. como si saliera de un profundo sueño, exclamó: “Per  usted ¿ quién es?” Me dieron ganas de decirle que yo er a Rodrigo Rato, lo que pasa es que las cosa no estaban entonces para bromas. El dinero estaba al 18%. Este maldito connubio entre el poder político y el económico hace que los que no somos de ningún partido caminemos por este mundo como si fuéramos extraterrestres. Mucha  razón tiene ese agricultor valenciano que después de hablar largamente con políticos y empresarios se pregunta: ¿Pero estos tíos en qué mundo viven? Y claro que lo saben. Buscan el poder para dar pelotazos urbanísticos, para hacerse ricos en poco tiempo, para defenderse  cuando los pillan. No me vengan con que no son todos.  Caray, si fueran todos tendríamos que trasladarnos a vivir a otro planeta. ¿Les parecen pocos los que ya conocemos? Tengo alguna esperanza en las próximas elecciones generales. Si el pueblo español no se emplea a fondo  en la limpieza  de corruptos, estafadores, ladrones y gente que vive de la carroña, estamos aviados. Seríamos muy tontos si  no nos preguntáramos adónde se fue la conciencia cristiana de estos hijos del colegio concertado y del materialismo feroz.¡Cómo les gusta el dinero a estos sátrapas! ¡Y cómo consiguen abaratar los salarios para que todo funcione  al dictado de su capitalismo de amiguetes!







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