Terrorismo de Estado contra Vera, Palomares y Villaricos

En ningún sitio del mundo, ningún Gobierno permitiría 9 kilos de plutonio enterrados 56 años

Los gobiernos silban y cierran los ojos cuando tienen que afrontar la limpieza de Palomares, según esta caricatura estilo Mariscal.
Los gobiernos silban y cierran los ojos cuando tienen que afrontar la limpieza de Palomares, según esta caricatura estilo Mariscal.
Manuel León
21:55 • 16 nov. 2022 / actualizado a las 22:19 • 16 nov. 2022

Sí, terrorismo de Estado y si alguien puede tumbar el  titular, que lo argumente. Cómo se le llama si no a mantener, durante 56 años, nueve kilos de plutonio enterrados a cielo abierto. Voy a dar la lista de todos los culpables de este terror (porque terror no es solo apretar un gatillo): Franco y su ministro López Bravo, Suárez, Calvo Sotelo, Felipe, Aznar, Zapatero, Rajoy y Sánchez; y por parte americana: Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reegan, Bush padre, Clinton, Bush hijo, Obama, Trump y Biden. En ningún otro lugar del mundo ocurriría: que haya veneno junto al mismo centro de una población (se ha detectado plutonio en partículas en suspensión en zona urbana, lo dijo ayer mismo el Ciemat, métanse en google). ¿Alguien se imagina que junto a los cines de la Gran Vía de Madrid pueda mantenerse ad aeternum un escape de plutonio? Eso es lo que ocurre desde hace más de medio siglo entre Vera y Villaricos -sí ya sé que es sabido por media humanidad, pero el saber no redime- y a nadie le importa una mierda. Bueno, solo a unos cuantos dedos de una mano: a José Ignacio Domínguez, a José Herrera, a Antonia Flores, a Mar Salas, periodista de Europa Press, siempre alerta con Palomares, y a un servidor que ha escrito más de 300 artículos sobre la canallada de Palomares en los últimos 30 años. Si hay alguien más, que lo diga y lo apuntaré para la próxima. Hay mucha cobardía, quizá por eso sigue ahí el veneno. No obstante, pudo ser peor: si usted es de Cuevas, de Vera, de Mojácar o Garrucha y tiene menos de 55 años podría no haber nacido, porque habrían muerto sus padres por la radiación, si las bombas hubieran explotado, en vez de solo fisurarse. La radiactividad de Marie Curie habría hecho estragos en media provincia aquel día de autos del 66, según los expertos en energía atómica del momento. La única protección en 56 años ha sido una cutre valla agujereada por donde se cuelan las cabras y los análisis a los nativos, que se han suspendido en los últimos años. ¿Por qué?



A varios doctores -Laynez, Pinilla, por ejemplo-  no se les ha autorizado a hacer un estudio epidemiológico. Todos silban ante este almacén nuclear ilegal. Un tipo que debe de derrochar mucha sangre fría llamado Javier Zarzuela, director del Consejo de Seguridad Nuclear, dijo el otro día en el telediario: “No hay ninguna obligación reglamentaria ni legal de eliminar la contaminación de Palomares”. ¿Tendrá hijos? El fallo ya ha sido dictado, aunque esté bajo secreto, y en unos días saldrá la sentencia del Supremo sobre Palomares -la última bala que queda en la recámara para que se lleven el plutonio y el americio, para que limpien esa tierra sucia, para que nos libren de una peligrosa amenaza, para que acaben con un estigma de décadas - y todo apunta a que sus señorías no obligarán al Gobierno a limpiar Palomares, todo insinúa que el veneno seguirá allí, como el dinosaurio de Monterroso.









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