Mauricio y el libro de Enric Juliana

Almerienses protagonistas: el primer futbolista en Primera y un militar clave de la Transición

Manuel Moreno Mauricio y el prestigioso periodista Juliana, tras el triunfo socialista de 1982 / Foto de La Vanguardia y Museo de Badalona
Manuel Moreno Mauricio y el prestigioso periodista Juliana, tras el triunfo socialista de 1982 / Foto de La Vanguardia y Museo de Badalona
Antonio Torres
11:51 • 08 jul. 2020 / actualizado a las 11:52 • 08 jul. 2020

Un chico de Vélez-Rubio (Almería), el hijo del confitero de la localidad, que emigra a Badalona, se hace comunista y guerrillero y acaba condenado a muerte por el franquismo. Le conmutan la pena gracias a la intercesión de Eva Perón ante Franco. Pasará más de 17 años en la cárcel de Burgos, también conocida como ‘la Universidad’ por el alto nivel de los cursos que allí imparten los propios reclusos. Es Manuel Moreno Mauricio (1908-1983) y al periodista Enric Juliana (Badalona, 1957), director adjunto de La Vanguardia, le ha servido de hilo narrativo para tejar un gran fresco literario de la resistencia al franquismo en “Aquí no hemos venido a estudiar” (Arpa), libro que se pone a la venta hoy miércoles, según la información de Xavi Ayén. El título alude a la discusión que tuvo Moreno, en la cárcel de Burgos, con otro importante preso comunista, Ramón Ormazábal, quien cuestionaba que los militantes presos se dedicaran básicamente a estudiar, destaca el periodista.



“Aquello parecía un ateneo: se aprendían idiomas, literatura, historia, derecho... Al entrar en prisión, Ormazábal quiso ponerlo todo patas arriba y organizar protestas. Eran dos psicologías muy diferentes, uno un hombre de acción, y Moreno un resistente con aquel punto obrerista de los años 30 donde la idea de la formación era básica, la cultura de gimnasia y lectura”, declaraciones del autor del libro, el siempre ponderado y veraz periodista Juliana a Ayén. La cárcel burgalesa es un microcosmos que contiene el mundo y los grandes movimientos geoestratégicos mundiales, que llegan en sombras, como a una caverna platónica. En una descripción minuciosa, muy vívida, el autor reconstruye la cotidianidad de un lugar por el que pasan Marcos Ana (uno de sus últimos recitales los ofreció en Oria), Miguel Núñez, José María Laso... Éste último era “el bibliotecario que organizaba las sesiones de cine”. Hasta aparece Francesc Puigdemont, pastelero de Amer –y abuelo del ex president catalán–, (familia vinculada con Dalias y Cuevas del Almanzora) que era proveedor de alimentos para el presidio.  Felipe González le suplica a Casinello, jefe de los servicios secretos de Suárez, que los legalicen porque la mejor manera de derrotarlos es enfrentarse con ellos en las urnas”. 



Una vez el actual director de LA VOZ DE ALMERÍA llegó a escribir que dos almerienses estaban entre los más odiados de ETA como el citado general Andrés Cassinello que “se irá a la tumba siendo una tumba , además, uno de los españoles que más sabe sobre ETA” y José Barrionuevo, ”que había sufrido el desagarrado honor de ser el ministro del Interior con más entierros de asesinados por ETA grabados, como heridas irremediables, en el alma”, escribió Pedro M. de la Cruz.



Libro más personal de lo que parece, publicó Ayen, Juliana había conocido a su protagonista, “amigo de mi abuelo”, y dio con él largos paseos socráticos por las calles de Badalona. Es más: “Viví de joven la política a través de estos personajes, gente de hierro, en especial de Manuel Moreno Mauricio. Es una generación que no había conocido el bienestar, instalada en la dinámica de la supervivencia y el combate político. A su muerte, me pregunté: ¿qué quedará de todo esto? Mi obsesión era que permaneciera algo que no fuera solamente sentimental, emotivo”, extracto de la amplia y detallada información de La Vanguardia. En abril de 2016, Juliana (el periodista hizo la mili en el campamento almeriense de Viator) se refería a la figura del almeriense Mauricio en el periódico de Godó: “El Partido Comunista creía que los aliados deseaban, de verdad, la caída del régimen de Franco. Transformado en un supuesto vendedor de pollos y huevos, Moreno llegó a Valencia con dos maletas…Metódico como todo buen ajustador mecánico, gimnasta y poco amigo de los dogmas, Moreno había sido uno de los organizadores de la escuela clandestina de Burgos. Intuía que el franquismo iba para largo y consideraba prioritaria la formación académica y política de los presos…” 



Nos congratula que  Manuel Moreno Mauricio tenga el reconocimiento que se merece. Escribí un perfil titulado “Mauricio, el primer futbolista almeriense que triunfó en Primera División, en mi sección Talentos con sentido común de LA VOZ DE ALMERÍA de 13 de enero de 2012. Mi primer párrafo comenzó: “Si Gómez Vicente fue el primer almeriense que obtuvo dos ligas con el Real Madrid y con el Betis en los años treinta, Moreno Mauricio, natural de la comarca de Los Vélez, se le puede considerar como el primer profesional nacido en la provincia de Almería que fue figura del fútbol nacional durante la etapa de la dictadura de Primo de Rivera y los albores de la II República”.






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