Hacer cumbre en el ocho mil del descaro

Aunque en la televisión que todos pagamos, TVE, el tema de los ERE esté dejando un sendero de pena y silencio parecido al de Alfonsina camino del mar, hay en toda la orquestación mediática de la exculpación socialista un poderoso anticipo de lo que nos espera a todos con el gobierno que va asomando las orejas sobre el colchón de Moncloa. “El País” ha hecho cumbre en el ocho mil del descaro asegurando que el robo socialista de 860 millones de euros en la Junta era -ojo al dato- “agilizar pagos de forma heterodoxa”. No me digan que no es entrañable el intento del escribano tanatopractor por dejarle mejor cara al muerto. Y es que según ese mismo criterio, una violación sería una agilización heterodoxa del cortejo galante. Un disparate. Ya nos lo advierten los budistas: si lo que tienes que decir no es más bello que el silencio, no lo digas. Incluso desde la vertiente más lírica, Juan Ramón nos recordaba los peligros de la sobreactuación: “No le toques ya más, que así es la rosa.” Si es que no merece la pena, hombre. Pero el universo PSOE no puede evitar la tentación de lanzarse a las justificaciones estupefacientes en las que, además de subrayar su culpabilidad, enojan al personal poniendo en duda su inteligencia. El último -en su acepción de “más reciente”- ejemplo lo tenemos en el expresidente Chaves, Manolo para Susana. El antiguo máximo mandatario de la Junta de Andalucía acaba de decir que lo de los ERE se hizo “para ayudar a los trabajadores.” Tal cual. Ya escribí hace unos días que estamos a diez minutos de que acabemos teniendo que dar las gracias al PSOE por el robo de los ERE. Y así, Chaves insiste en que las decisiones adoptadas “podrían ser inadecuadas, pero no ilegales.” Es decir, que además del choteo, menoscaba el nivel de los servicios jurídicos de la Junta. Ya digo: es mejor callar que confirmar el alcance de tus carencias. Pues esto es lo que se nos avecina: la negación de la realidad y el desguace de la evidencia. A disfrutarlo todas y todos.