Las victorias del PSOE en Almería son difíciles de entender y explicar

Juan Torrijos
00:47 • 15 nov. 2019 / actualizado a las 07:00 • 15 nov. 2019

Se les llena la boca a los dirigentes socialistas almerienses sobre la victoria del pasado domingo, pero lo cierto y real, lo que dicen los números y los votos de los ciudadanos es que el PSOE ha perdido 10.000 votos, arriba o abajo, en referencia a los conseguidos en las elecciones del pasado mes de abril en la provincia. En seis meses perder 10.000 votos parece no tener importancia para ellos. No entiendo por ello esas alharacas, alegrías y aspavientos de los Martínez y los Teruel ante los medios de comunicación. Pero allá ellos y sus lecturas políticas. Si no son conscientes de que vienen perdiendo votos elección tras elección, que se mantienen gracias los pueblos pequeños, donde el voto subsidiado sigue estando presente desde los ayuntamientos y alcaldías, perdiendo a chorros en los grandes y medianos municipios. Los votos cautivos de las pequeñas villas siguen estando presentes en el frontal del PSOE, cierto es, pero los va perdiendo gota a gota. No hablemos de los grandes donde el descalabro tiene mayor profundidad y los votantes buscando alternativas como la de Vox. Pero para ellos han ganado las elecciones. Y se jactan, y se hacen fotos sonriendo y lo que es peor, se lo creen. No creo que lo tenga tan claro el señor Pérez Navas que se ha quedado sin su escaño en el Senado. Si son buenos analizadores políticos se darán cuenta de que están dejando esta provincia en manos de la derecha, que la subida de Vox no es solo por los incumplimientos del PP, deberían analizar la parte que a ellos les corresponde y en algo deberán ser responsables. Si han ganado las elecciones como pregonan, ¿a qué achacan ellos que no sea senador don Juan Carlos? Iba en la misma papeleta que Fernando e Inés. ¿Se ha movido algún hilo dentro de la candidatura? ¿Estamos ante una práctica entre compañeros que creíamos olvidada? Les explico. No vamos a querer, ni a esperar siquiera que los candidatos de un partido consigan el mismo número de votos en unas elecciones al Senado, pero la diferencia que se ha producido entre los hoy ya senadores del PSOE y el que se ha quedado fuera, Fernando e Inés y Juan Carlos, tiene un tufillo a tiempos olvidados, a papeletas marcadas, a jugadas contra un compañero. Esos 3.000 votos de los que se habla suenan a jugada, a venganza entre compañeros.






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